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Que ver en Villamartín
Su término municipal está situado en el Noroeste de la provincia, al pie de las Sierras Béticas, donde empieza la campiña gaditana, y es atravesado por los ríos Guadalete y Sarracín, en un paisaje de agricultura, fundamentalmente de secano.
Su origen se remonta al Neolítico, pero fue al final de la Edad Media cuando se constituyó su actual asentamiento, al amparo del Castillo de Matrera. Su conjunto urbano se distribuye a los lados de una loma y en él destacan algunas casas nobiliarias, como la Casa Palacio de los Topete, y también el resto de viviendas encaladas, propias de los pueblos blancos.
Villamartín es el nudo articulador de las comunicaciones de la Sierra de Cádiz. de aquí salen las tres ramas que conforman la Ruta de los Pueblos Blancos: Ruta Suroeste hacia Arcos. Ruta Sureste hacia Ubrique. Ruta Noreste hacia Olvera.
Villamartín es uno de los pocos lugares de toda España en el que la continuidad de población se conoce desde la prehistoria. Zona que mantenía la población gracias a la extrema riqueza de sus tierras y a su estratégica situación, nudo articulador entre los territorios actuales de Cádiz, Sevilla y Málaga. Gracias a su situación y a la continuidad de población antes citados, el término municipal es un gran yacimiento. La Vega del Guadalete forma una terraza plagada de yacimientos paleolíticos.
En los llanos de Villamartín encontramos la gran necrópolis megalítica denominada Campo Dolménico de Alberite, conjunto de sepulcros megalíticos de galería, que sitúa los orígenes más remotos de población en el término de Villamartín en el V milenio A. C. Cinco han sido los dólmenes localizados hasta hoy. Sólo uno ha sido excavado, hasta ahora. Coronando la ciudad, encontramos la Ciudad Tartésica de Torrevieja, que domina los alrededores con inmejorables vistas.
Por ser Villamartín cruce de varias calzadas romanas, existe una infinidad de yacimientos romanos. Los restos visigóticos, que se conservan en algunos lugares de la localidad, nos confirman también esta presencia en nuestras tierras.
Pero son los restos árabes y cristianos, los mas cercanos a nuestra época. A partir del siglo VIII de nuestra era, la región queda bajo control musulmán. Los Campos de Matrera, denominación del término municipal, entraron a formar parte de la Cara de Ronda. La proximidad de Arcos, perteneciente a la Cora de Medina impulsaron a Omar Ben Hafsun, a finales del siglo IX, a construir la fortaleza de Matrera para, desde ella, defender Iptuci, la ciudad más avanzada de la Cara de Ronda.
Construido durante la rebelión muladí, sufrió un incesante cambio de manos entre cristianos y árabes. La ocupación de Sevilla por Fernando III en 1248 llevó a la anexión de la zona del Guadalete. Su hijo Alfonso X, inició una campaña, en 1253, con la ayuda de la Orden Militar de Calatrava, eliminando a los jefes musulmanes locales. El 10 de junio de 1256, Alfonso X donó el Castillo y todo su término a la citada Orden, que lo había conquistado al mando de su Maestre Pedro Yánez.
La primera constancia de Villamartín como núcleo urbano es del año 1284, en que el Rey D. Sancho otorgó un privilegio a Sevilla, confirmando otro de su padre Alfonso X, concediéndole una serie de lugares entre los cuales está Villamartín. La pérdida de la fortaleza de Matrera, dio al traste con este intento repoblador.
En fecha aún no determinada (Sánchez Saus cree que en 1296, Hernández Parrales la sitúa en 1322), los Campos de Matrera vuelven a manos musulmanas, permaneciendo así hasta que Alfonso XI en 1341 la toma de nuevo junto a Alcalá de Benzaide, Priego, Rute y Benamejí.
Mediante un privilegio rodado firmado en Tordesillas el 1 de abril de 1342, el rey Alfonso cedió Matrera y su término al Cabildo de la ciudad de Sevilla, poblándose de nuevo la villa. La fuerte inestabilidad de la "banda morisca" hizo que tampoco prosperara este intento.
En 1408, el Rey de Granada, desde Zahara, fracasó en su intento de conquistar de nuevo Matrera. En 1421, Juan Ortega, jurado sevillano, se comprometió a poblar de nuevo la villa y consta que Guillén de las Casas financió la construcción del nuevo asentamiento, incluida una torre, que en 1434 poseía el citado Guillen, hijo de Fernán Peraza.
En 1445 sufrió la fortaleza un nuevo asedio a manos del Rey granadino Mohamed Aben Ozmin, que hizo fracasar el Duque de Arcos. de nuevo, en 1452 se producen combates en el Encinar de Mataparda, que gana el Duque de Arcos y en 1482 tiene lugar la batalla del "Lomo del judío".
En 1486 se produjo un litigio entre Inés Peraza y el Concejo de Sevilla de tal calibre que tuvieron que intervenir los Reyes Católicos. En una carta de "El Tumbo de los Reyes Católicos del Consejo de Sevilla" se desprende que Inés Peraza poseía el lugar de Villamartín, concedido a condición de elevar una fortaleza en él.
Sevilla había tomado por la fuerza el lugar y expulsado a Inés y su familia. El 20 de mayo de 1486, los Reyes Católicos ordenan restituir el lugar a Inés Peraza. Se desconoce el final del litigio, pero en 1503, la mencionada torre, el Castillo de Matrera y sus tierras eran parte de los propios de Sevilla.
La caída de Zahara (1483) y de Ronda (1485) hacen que la frontera se traslade hacia el este y el Campo de Matrera deje de ser territorio fronterizo y, en consecuencia, vuelva a ser repoblado. Después de la caída de Granada, tres poderes militares ocuparon estos territorios vírgenes: Sevilla, en la fortaleza de Matrera, la familia Peraza en la Torre de Villamartín y el Marqués de Cádiz en el Castillo de Hortales.
La fundación del Villamartín moderno data del 4 de febrero de 1503, cuando el Cabildo de Sevilla decide poblar las tierras del Campo de Matrera, cediéndoselas a 118 pobladores, procedentes de pueblos de los alrededores.
La escritura de Carta Puebla fue firmada por Martín Hernández de Morón, vecino de Bornos, en nombre de 88 vecinos, Diego Sánchez Armario, en nombre de otros 6, Benito Sánchez, por otros 9, Pedro Martín Cantillana, por 9 y Juan Martín Madroñal y Juan González Calvo par la totalidad del vecindario, que procedía de El Arahal, Marón, Mairena, Los Molares, El Coronil, Arcos, Olvera y Bornos, principalmente.
Llama la atención un grupo de 5 vecinos procedentes de El Endrinal (Salamanca) y otro grupo procedente del Aljarafe y el Condado de Huelva. Más tarde estos colonos fueron despojados de las tierras y reclamaron a Sevilla el cumplimiento de la Carta Puebla.
A pesar de la sentencia favorable a Villamartín, las reclamaciones sevillanas, por una parte, y la usurpación de la voluntad del común de vecinos por parte de un pequeño grupo de poderosos locales que estuvo beneficiándose de esa situación, por otra, prologaron el litigio durante tres siglos. Lo inició Martín Infantes, el 22 de marzo de 1547, en nombre del Concejo y pueblo de Villamartín ante la Real Chancillería de Granada y lo terminó el Consejo de Castilla el 9 de febrero de 1818, asumiendo las sentencias previas de la Chancillería de Granada de 1558 y 1806. Este proceso judicial, que duró casi 300 años, se conoce popularmente como "El Pleito de Matrera" y es el pleito mas largo de la historia de España.
Respecto a su patrimonio destacar la Iglesia Parroquial de Santa María de las Virtudes, que data de los siglos XVI al XIX. La Iglesia de San Francisco, de los siglos XVI y XVII. La iglesia de las Angustias, en su interior destaca el retablo del altar mayor. Ermita de Nuestra Señora de las Montañas, situada fuera del casco urbano, en un paraje de gran belleza en la Sierra de Pajarete. Urbanisticamente la casa-palacio de los Topete entre otras. Además de las ruinas del castillo medieval de Matrera, en la sierra de Pajarete. Cerca se encontraba la ciudad céltica de Matraria.
Que visitar en Villamartin:
- Prado del Rey
- Iglesia y Convento de San Francisco
- Puerto Serrano
- Sierra de Cádiz
- Parroquia de Sta. María de las Virtudes
- Bornos
- Casa Solariegas
- Iglesia de las Angustias