Fundado entre los siglos XVI y XVII como Real Monasterio, se convirtió pronto en sede de la Universidad de Santa Catalina Mártir y a partir del XIX sirvió como hospicio. Actualmente es sede del Archivo Histórico Provincial.
La portada fue trazada por Alonso Barba y de especial valor es su patio porticado, articulado en dos cuerpos, el inferior con galerías cubiertas por medio cañón con lunetos, con arcos de medio punto moldurados sostenidas por columnas pareadas de gusto toscano; en el segundo piso, alternan balcones con decoración vegetal y ventanas ornamentadas alegóricamente. La iglesia tiene notable interés por sus bóvedas pintadas al fresco.