Podría hablar de un entorno inmejorable donde se respira paz y tranquilidad, unos apartamentos perfectos a los que no les falta de nada, pero lo que realmente da valor a este alojamiento y ha hecho que sea nuestra tercera vez es la calidad humana de sus dueños Berta y Luis. Su trato amable, cariñoso y familiar te hace sentir como en casa y gracias a ellos mi hijo de 4 años ha tenido unas vacaciones inolvidables. Un millón de gracias por todo!! Nos vemos pronto (porque volver, volvemos seguro!).