Gracias!!!
Hemos pasado en el año 2009, en este precioso centro rural, unos días en Nochevieja y nos encantó. Con lo que nos quedamos de esos días fue la tranquilidad que nos brindó el sitio. Estando al lado de la chimenea, viendo la montaña nevada por las ventanas de la cocina mientras preparábamos la cena en Nochevieja fue algo muy bonito y que se nos quedo grabado. Nos sentimos tan bien, que quisimos hacer la boda aquí, aún viviendo en Aranjuez (Madrid). Desde luego, ha sido una idea acertada. Queríamos una boda íntima, familiar, acogedora y bien organizada y nos ha salido genial. Nuestra familia ha salido encantada. Se han ido contentos, felices y decididos de volver a un sitio tan privilegiado por la vistas, siendo en un valle rodeado por la montaña. Les han maravillado las casas, tan limpias y con todo lo necesario para sentirte en tu casa, los exteriores que están muy bien cuidados y el personal, que nos ha atendido perfectamente.
Sobre todo tenemos que destacar a Patricia, que es la dueña del centro y aún estando de vacaciones, ya que trabaja en Madrid, ha estado allí, a pie del cañón y nos ha ayudado en todo lo que nos ha hecho falta. Si nuestra boda ha salido tan bien, ha sido también gracias a su trabajo, su flexibilidad y su trato familiar. Gracias Patricia, nos has brindado calidez en nuestra boda y nos hemos sentido como si estuviéramos en nuestra casa. Gracias por estar a nuestro lado en un momento tan especial. Desde luego volveremos.
También damos las gracias a su padre, que aunque no le vimos mucho, sabemos que ha estado pendiente de todo, y al alcalde de Navacepedilla de Corneja por sus palabras en la ceremonia.
Gracias a todos.
Hemos pasado en el año 2009, en este precioso centro rural, unos días en Nochevieja y nos encantó. Con lo que nos quedamos de esos días fue la tranquilidad que nos brindó el sitio. Estando al lado de la chimenea, viendo la montaña nevada por las ventanas de la cocina mientras preparábamos la cena en Nochevieja fue algo muy bonito y que se nos quedo grabado. Nos sentimos tan bien, que quisimos hacer la boda aquí, aún viviendo en Aranjuez (Madrid). Desde luego, ha sido una idea acertada. Queríamos una boda íntima, familiar, acogedora y bien organizada y nos ha salido genial. Nuestra familia ha salido encantada. Se han ido contentos, felices y decididos de volver a un sitio tan privilegiado por la vistas, siendo en un valle rodeado por la montaña. Les han maravillado las casas, tan limpias y con todo lo necesario para sentirte en tu casa, los exteriores que están muy bien cuidados y el personal, que nos ha atendido perfectamente.
Sobre todo tenemos que destacar a Patricia, que es la dueña del centro y aún estando de vacaciones, ya que trabaja en Madrid, ha estado allí, a pie del cañón y nos ha ayudado en todo lo que nos ha hecho falta. Si nuestra boda ha salido tan bien, ha sido también gracias a su trabajo, su flexibilidad y su trato familiar. Gracias Patricia, nos has brindado calidez en nuestra boda y nos hemos sentido como si estuviéramos en nuestra casa. Gracias por estar a nuestro lado en un momento tan especial. Desde luego volveremos.
También damos las gracias a su padre, que aunque no le vimos mucho, sabemos que ha estado pendiente de todo, y al alcalde de Navacepedilla de Corneja por sus palabras en la ceremonia.
Gracias a todos.