La Vega Alta de Murcia
Entre el noroeste y el altiplano se extiende la comarca de la Vega del Segura. Una cuña que rompe la densa orografía del noroeste y la monótona altiplanicie para extender una tupida senda que nos conducirá entre secanos y cultivos de cítricos, almendros y olivos hasta el comienzo de un valle donde la historia ha sabido introducir los elementos caracterizadores de una peculiar gastronomía, entre cristiana y morisca.

Fuente: Jesús Dehesa
Una cocina que participa de su entorno y de las tierras vecinas. De ahí que las preferencias culinarias de esta vega conecten con el noroeste y el altiplano y más aún con los platos propios de la huerta que rodea la capital.
Los cultivos frutícolas de Cieza ofrecen melocotón, albaricoque y oliva; ésta última adquiere una infinidad de formas a la hora de la degustación, dependiendo del aderezo utilizado para su preparación.
En Ulea, una gachasmigas de panizo con costillas de cerdo en adobo, tocino frito y cebolla asada.
En Ojós son obligados los bizcochos borrachos y en Ricote, además de un vino pletórico, el visitante puede degustar unas buenas viandas de asado de cordero o cochinillo, así como carne de caza.
De evidente origen morisco son platos como el pebre – en realidad, dos platos, una especie de caldo de cordero y un sofrito de carne de cordero desmenuzado, todo con mucha pimienta -, o las sopas densas, las sémolas,… Hay que tener en cuenta que la zona del valle de Ricote, desde Abarán hasta Villanueva de Segura, ha sido siempre tierra donde el cruce de secano y regadío producía gran cantidad de cereales, legumbres, hortalizas y frutas.