Acabamos de salir de las casas de madera en Caudiel, y la verdad es que hace años que no pasábamos una mini-vacaciones tan estupendas. Hemos estado de lunes a viernes, somos mi marido, mis dos niñas pequeñas y yo. Cuando llegamos, Rosa, la propietaria nos sorprendió con una estupenda pizza/torta de tomate casera de lujo, ya no nos hizo falta ni cenar. Al día siguiente alquilamos bicicletas para todos los días, y nos regalaron la mitad del coste. El trato con la gente del pueblo muy bueno, puesto que las casas están en plena naturaleza, a las afueras del pueblo, pero a tan sólo unos 300 metros de todos los servicios. Seguro que volveremos.