Colgadas en el altiplano enfrente del pueblo de Gorafe, las cuevas del simpático y emprendedor José Manuel son un remanso de paz para descansar y recorrer los sorprendentes y desconocidos paisajes del desierto de Gorafe. Las cuevas están equipadas con todo lo necesario (María y Julio son dos personas encantadoras) y decoradas con un bonito estilo rústico. Eso sí, como en toda cueva, hace fresquito. Los amaneceres y, sobre todo, las puestas de sol son indescriptibles... dando paso a un cielo inundado de estrellas cuando cae la noche. La excursión en 4x4 (o andando si quieres emplear todo el día) al desierto de Los Colorados te transporta a los paisajes del lejano oeste que tantas hemos visto en las películas del Oeste. Hasta me pareció ver una diligencia, asaltada por unos bandidos, a lo lejos... Lo único malo es no poder quedarse más tiempo.