Buscábamos paz y tranquilidad y no hubiéramos podido dar con un sitio mejor. La casa es muy acogedora y confortable; no le falta detalle y en ella te sientes como en casa. El trato que hemos recibido es entrañable y nos hemos sentido muy cómodos desde el primer momento. Nos marchamos con el objetivo cumplido: una sensación de paz difícil de conseguir en nuestra rutina diaria, porque nos quedaríamos unos días más, claro... Ahora tenemos otro objetivo: volver!!! Gracias Javi y Raquel, con gran afecto.