La Casa Quijote es un verdadero tesoro. No tengo palabras para describir cuánto disfrutamos nuestra estancia allí, y lo amplia y bella que es la casa. Los niños tuvieron un tiempo maravilloso. La casa no carece de nada, y las zonas de recreo son comparables a un centro deportivo. Ramón, el anfitrión, fue increíblemente amable y se esforzó para que estuviéramos a gusto y no nos faltara nada, depositando plena confianza en nosotros.