Pasamos un fin de semana 4 parejas y una niña. Desde el primer momento Rafael ha estado pendiente de todo y resolvió todas nuestras dudas. Incluso dejó a la pareja de la niña entrar antes a la casa de la hora programada. La limpieza de la casa es exquisita,difícil de encontrar en estos tipos de alojamientos en muchas ocasiones. El salón es en la planta baja,muy amplio y cómodo. Muchísimo menaje de cocina por lo que nunca faltan platos ni vasos,lo que aporta mucha comodidad. Al lado de la casa hay dos bares con gente encantadora que hacen la estancia más agladable aún. Desde comprar el pan hasta prestarnos condimentos para la comida! En verano se tiene que disfrutar mucho más tanto la terraza como en el entorno del pueblo.