Me fascinó el desayuno, con alimentos frescos de su huerto y productos locales, muy variado estilo buffet. Se degusta en la terraza rodeada de un ambiente natural. La finca se encuentra en Porreres, en un entorno campestre y casi en el centro de Mallorca, ideal para visitar otros lugares de esta hermosa isla. La zona de chill out junto a la piscina es estupenda. Sin duda, volvería a hospedarme en esta preciosa finca. ¡Totalmente recomendado!