Ya había ido con mi pareja en dos ocasiones y como nos gustaba mucho el lugar, en esta ocasión nos hemos llevado s la familia. El sitio es súper tranquilo, las casas están muy limpias y ordenadas, me encantó la cama donde dormir porque el colchón es duro y a mi me encanta así, habrá gente a quien no le guste así pero para mi es un acierto. La piscina guarda el orden de hamacas por casas para garantizar el distanciamiento por medidas higiénicas por el covid. Por la noche es una pasada el ver tan bien el cielo estrellado. El trato del dueño,Antonio, siempre estupendo, muy amable que incluso los dejo irnos a las 17 horas en lugar de a las 12que es la salida. Repetiremos sin duda.