Preciosa casa recién reformada por su dueño con muchísimo gusto y cariño. Dividida en dos plantas, con 8 habitaciones todas con baño, dos amplias zonas de estar y 2 preciosas terrazas, una acristalada y otra convencional. Txomin y su familia son muy amables, atentos y divertidos. El entorno precioso con gran vegetación y la posibilidad de hacer preciosas excursiones como, por ejemplo, al embalse de Leurza. Imprescindible el desayuno con el pan típico de la zona y los exquisitos huevos de la granja de la familia de Txomin (un detallazo). Nos ha encantado y sin duda volveremos para probar la croqueta gigante que nos ha quedado pendiente.