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El término, fundamentalmente llano, dispone sin embargo de una rica diversidad geológica, puesto que se extiende desde la Sierras de Villuercas (que ocupan una pequeña porción del término al norte) hasta la misma depresión del Guadiana (al sur). Es, por lo tanto, la zona de contacto entre estas dos unidades más diferenciadas, que registran una diferencia altitudinal próxima a los 1000 metros. Este enorme desnivel se va salvando paulatinamente por medio de las extensas superficies rañas, denominadas mesas, que, disecadas por los ríos Ruecas, Cubilar y Gargáligas, se proyectan a modo de los dedos de una mano hacia el Guadiana perdiendo altitud de manera casi imperceptible desde los 700 hasta casi lo 400 metros.
El clima es de tipo mediterráneo subtropical. La temperatura media anual es de 17,5º. Los inviernos suelen ser suaves, con una temperatura media de 9,2º y unas mínimas absolutas de -0,9º. El verano es seco y caluroso, con una media estacional de 26º, y unas máximas que alcanzan los 37,9º. La precipitación media anual supera los 733 mm.
La formación vegetal natural es del tipo durilignosa, con una bosque esclerófilo mediterráneo representado por la encina y el alcornoque, junto a otras especies que componen el matorral.
La población activa no supera el 39 por 100 del total de los efectivos. En la distribución por sectores se aprecia un predominio de los servicios (38,4 por 100), un tanto ficticio e inflado, aunque de hecho asume ciertas competencias de cabecera comarcal en un área sin núcleos urbanos próximos. Asimismo, el sector agrario alcanza cifras similares a la media regional (35,8 por 100), mientras que la industria (11,2) y la construcción (14,6) quedan muy relegadas.
La superficie labrada, prácticamente toda en secano, representa el 36,4 por 100 del término municipal, dedicándose el 86,7 por 100 a cereales-pienso y forrajeros y un 9,6 a olivar. Tampoco llega a alcanzar ninguna relevancia el espacio forestal (2 por 100). La vocación fundamental es la ganadera, dado que la dedicación a los pastos alcanza al 57,7 por 100 de la superficie total.
La ganadería, en consecuencia, es la principal fuente de ingresos, si bien complementada con los servicios. A pesar de ello, la densidad ganadera es baja en relación con la superficie municipal: cerca de 7000 Unidades Ganaderas.
Se trata, por lo tanto, de unos aprovechamientos agrarios extensivos, sustentados en una estructura de la propiedad latifundista, puesto que la extensión media de las explotaciones es de 76 has. (L. G. G.) Durante el antiguo régimen, buena parte de su extenso término estaba ocupado por grandes dehesas pertenecientes al Monasterio de Guadalupe. La Reforma Agraria Liberal puso a la venta, en 1836, estas fincas, que pasaron a manos de miembros de la oligarquía nacional. de esta manera, hasta bien entrado el siglo XX aristócratas y financieros madrileños controlaron las tierras de la localidad.
La población experimentó un constante aumento a lo largo de siglo XIX, pasando de 2700 habitantes en 1787 a 4133 un siglo después. En este incremento tuvo que ver el descubrimiento y puesta en explotación de sus minas de fosforita, factor que introdujo un grado de diversificación económica en una localidad básicamente campesina.
El efímero esplendor que conoció durante algunas décadas la explotación de este mineral afectó favorablemente al municipio. Sin embargo, las malas comunicaciones siempre plantearon un grave reto, al incrementar los ya de por sí graves problemas de rentabilidad, tanto más graves cuanto más disminuía la calidad del mineral. A pesar de todo el laboreo de los yacimientos perduró hasta bien entrado el siglo XX, en estrecha relación con las cambiantes coyunturas que afectaron a Europa y España durante la centuria. El fracaso del intento de dotar a la comarca de vías férreas, condenó definitivamente a la minería de Logrosán a la extinción. (F. S. M.) Que visitar en Logrosan:
- Villuercas
- Cañamero
- Garciaz
- Berzocana