Casas rurales en Caldas de Malavella, Girona
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Que ver en Caldas de Malavella
Caldes de Malavella es un pueblo de la comarca de la Selva que, aunque pequeño, está lleno de riquezas naturales, histórico-artísticas y lúdico-medicinales. Estas, juntamente con los valores tradicionales del pueblo, despiertan el interés de los visitantes que, lentamente, se van adentrando en su cultura.
Caldes ha sido un punto importante para muchas civilizaciones a lo largo de la historia, por ser un lugar de paso, y por una de las riquezas naturales más preciadas: el agua termal. El agua termal es el factor más importante y característico de Caldes, ya que la evolución a lo largo del tiempo, incluyendo la mayor parte de la cultura histórico-artística, depende directamente de ella.
El término municipal de Caldes de Malavella está repartido entre la Depresión de la Selva y la Serralada Litoral. La Depresión de la Selva se encuentra en el extremo norte de la Depresión Pre-Litoral Catalana, que es un conjunto de tierras bajas situadas entre la Serralada Pre-Litoral y la Litoral. La Serralada Pre-Litoral es la más interior, y con una altitud de entre 1200 y 1700 metros. Desde el punto de vista geológico, se subdivide en tres sectores: la zona encabida en la Serralada Transversal, formada por materiales detríticos y calcáreas blancas, la zona del Montseny, formada por granito y recubierta de pizarra; y, finalmente, el Massís de Les Guilleries, donde predomina el granito por encima de la pizarra.
En la Depresión de la Selva predominan las superficies llanas. Antiguamente formaba parte de la unidad anterior, hasta que se rompió a causa de fallas que posteriormente se hundieron provocando así la aparición de fenómenos volcánicos, actualmente detectables por el florecimiento de materiales y por la aparición de fuentes termales. La Serralada Litoral está formada básicamente por granitos -muy rotos por las fallas, que más tarde se hundieron-, y esto da lugar a un paisaje muy abrupto, que permite dividir la zona en cuatro bloques graníticos, separados por torrenteras: el bloque de Tossa, con el punto más alto en el Puig de Cadiretes de 519 metros, el bloque de Lloret, con el punto de más alto en el Puig de Ventós con 419 metros, y el bloque de Blanes, afectado en la parte inferior por aluviones del Maresme y del Vallés.
En cuanto a los límites administrativos, el municipio se sitúa en el sector oriental de la comarca de la Selva. Caldes de Malavella limita, al norte, con Riudellots de la Selva, Sant Andreu Salou y Cassà de la Selva; al este con Llagostera, al sur con Vidreres y Sils, mientras que al oeste lo hace con Vilobí d´Onyar. El municipio ocupa una superficie de 56 km².
Caldes de Malavella es una población bien comunicada desde tiempos antiguos. Así, en la época romana estaba emplazada al paso de la Via Augusta y, más tarde, ya en la Edad Media, era un cruce de varios de los llamados caminos reales. Hoy en día hace de puente entre el Eje Barcelona-Girona (N-II, A-7) y los accesos a la Costa Brava. Asimismo, se encuentran bastante cerca el Eix Ttransversal (Vic-Lleida), y el aeropuerto Girona-Costa Brava. Otro hecho a destacar es que ya desde principios de este siglo, el disponer de ferrocarril se ha convertido en un elemento de vital importancia para las comunicaciones con Girona y Barcelona.
El clima de Caldes de Malavella es mediterráneo, con veranos cálidos e inviernos relativamente fríos. Aunque el municipio está enclavado en la llanura de la Selva, se beneficia de las lluvias que retienen el macizo del Montseny y de las Guilleries. La situación de Caldes, a medio camino de la montaña y el mar y al norte de Cataluña, hace que, aunque tenga un clima mediterráneo, reciba bastante lluvia, aunque de forma irregular. Las precipitaciones se concentran normalmente en el otoño, época en la que pueden caer lluvias torrenciales así como en la primavera.
El enclave paisajistico del municipio impregna de naturaleza todo el entorno, las ondulaciones suaves del relieve albergan un paisaje erosionado de breves colinas, encinares y robledales, campos de conreo y pinares, enclavado entre las divisorias de la cordillera Litoral y la depresión de la Selva.
Dos cuencas hidrográficas abrazan esta porción de territorio, la del Ter, al norte (riera Benaula), y la de la Tordera (rieras Santa Maria y Malavella), en la parte sur. La llamada depresión de la Selva es una fosa tectónica hundida por grandes fallas. A simple vista se pueden ver los límites de ésta. La sierra de las Gavarres marca el límite al norte, mientras que la cordillera Litoral lo hace por el sureste y las Guilleries y el macizo del Montseny por la banda de poniente.
La presencia de fallas, ligada a una actividad geotérmica importante en el subsuelo, ha dado lugar a surgencias de aguas termales y minero-medicinales que llegan a 60ºC de temperatura, hecho que se ha convertido en elemento clave y más popular en la historia y en el carácter singular del pueblo de Caldes de Malavella. La existencia de travertinos, en el Puig de les Ànimes y en el cerro de Sant Grau, va ligada con el fenómeno termal. También es un hecho a destacar la antigua presencia de actividad volcánica. Son testimonio de ello el cráter del Camp dels Ninots, con sus depósitos de ópalo, y las formaciones basálticas del Puig de les Moleres y del Puig de Sant Maurici.
Por su historia conocemos que gracias al encuentro de unos restos en el Puig de les Ànimes, se puede saber que los orígenes del pueblo de Caldes se remontan al paleolítico superior. Estos restos nos demuestran que Caldes ya era un lugar de paso en el paleolítico, pues en época de caza se desplazaban siguiendo los rebaños de animales y debían pararse a descansar en lugares donde hubiese agua. Pero no es hasta el siglo I d, C, con la romanización, que Caldes se convierte en núcleo urbano. El hecho de tener agua caliente fue muy importante para que esto sucediese, pues Caldes se convirtió en una importante estación termal llamada "Aquis Voconis". Posteriormente, y con el estatuto del derecho latino, el pueblo de Caldes pasa a ser municipio.
A diferencia de otras ciudades romanas que nacen por interés militar o estratégico, podemos decir que Caldes se constituye a partir de un interés por la salud y el ocio. La gente iba a las termas a curarse, ya que el agua de Caldes tiene cualidades curativas. El hecho de que se encontrase cerca del trazado de la Via Augusta ayudaba a que muchos viajeros se parasen para descansar y alimentarse.
Durante la época del cristianismo, siglos IV y V d,C, apareció una necrópolis paleocristiana entre la actual calle Sant Esteve y el Paseo de Ronda, en las afueras de lo que habría sido el núcleo romano. Pasan los siglos y Caldes fue evolucionando como el resto de poblaciones para llegar a la época medieval. Durante esta época el aspecto del núcleo varía un poco, nos encontramos con la muralla del pueblo, de la cual quedan algunos trozos de pared y tres torres circulares ubicadas en el Puig de Sant Grau. Aquí se encontraba el castillo llamado de Caldes, que se convirtió en símbolo de poder feudal: se prohibieron los baños públicos utilizados por los romanos y en su lugar se levantó este castillo.
Años más tarde, los baños se utilizaron como hospital para actividades curativas. El otro castillo, llamado de Malavella, del siglo XI, se halla en la colina de Sant Maurici y en su tiempo era de proporciones importantes. Aquí también está la ermita de Sant Maurici, de época más moderna. Esta ermita es de una sola nave y se levantó aprovechando una de las torres del castillo. Actualmente constituye un lugar muy apreciado por los caldenses y es sitio de veneración.
Durante el siglo XVII y debido al crecimiento, las actividades agrarias y artesanales fueron adquiriendo importancia gracias al paso de viajeros por la Via Augusta. A partir de este momento la imagen que tenemos de Caldes es la de una población rural con agua termal pero sin explotación ni prácticamente ninguna utilización más del agua, que la de uso personal, mientras que en otras zonas del país a primeros del siglo XIX ya contaban con establecimientos particulares de baños y explotaciones de los tratamientos terapéuticos.
No es hasta la segunda mitad del siglo XIX que Caldes se convierte lentamente en pueblo balneario. Los manantiales que lo hicieron posible estaban situados en tres colinas: El Puig de les Ànimes, que contenía más de dos manantiales, la fuente de la "Cantera", la fuente Xica y la fuente del Fetge.
En medio del núcleo urbano, en el Puig de Sant Grau, se ubicaban las fuentes que eran explotadas tradicionalmente por los vecinos: los B
- idors, el Raig de Sant Grau, la fuente del Hospital y la fuente de Sant Narcís o de Pla. Finalmente, y muy cerca del Puig de les Moleres, la fuente de la Mina o de Xiberta y el brote o riego de Mel, descubiertas en el año 1829 cuando se abrió un conducto para secar un campo pantanoso. El año 1840 se construye el primer establecimiento de baños moderno, aprovechando las aguas de "Els B
A partir de este momento, con la construcción de los grandes balnearios, Caldes se consolidará como pueblo de veraneo y funcionará al entorno de la actividad balnearia. Esta actividad lleva consigo un aumento importante de población procedente mayoritariamente de Barcelona y normalmente de elevada posición social.
Todo esto conlleva cambios dentro de la estructura de la población caldense. Caldes crecerá y se expandirá al entorno del área de influencia de los balnearios, donde se construyen nuevas viviendas de aire modernista. Aparecen también otros elementos como jardines, parques y paseos que utilizaban los veraneantes para disfrutar de la calma y tranquilidad de la vida rural. La estación de ferrocarril facilita el acceso y la afluencia de los visitantes y es también una novedad.
Debido a la importancia que obtiene el agua, las actividades económicas se verán modificadas y comenzarán a relacionarse con el agua y los visitantes, pues paralelamente a la revitalización de la actividad termal, se inicia un proceso de comercialización del agua mineral. de todas maneras esto no conseguirá unas dimensiones considerables hasta los años treinta. Estos dos hechos harán que aparezca una nueva oferta laboral basada tanto en el sector de los servicios como en la industria envasadora.
Caldes, como todos los pueblos con una historia, mantiene una serie de tradiciones y fiestas populares, que se han ido conservando a lo largo de los años, si visitas este municipio además de salud, disfrutarás de la hospitalidad de sus gentes.
Que visitar en Caldes de Malavella:
- Riudellots de la Selva
- Sant Andreu Salou
- Vidreres
- Selva