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Que ver en Cestona
Zestoa es un municipio situado en Guipúzcoa, concretamente en el valle de Urola. A pesar de que su extensión no es muy amplia, posee abundante patrimonio cultural. Zestoa es un municipio con un relieve propio de la cornisa cantábrica, lleno de pequeños valles y colinas desde las que divisar un entorno verde y natural. Barrios como Aizarna, Arroa, Iraeta, Lasao, Ibainarrieta y Endoia son buena prueba de ello. El municipio ocupa una extensión de 43,5 Kms2.
Los cuarenta kilómetros que separan Zestoa y San Sebastián hacen que el pueblo esté lo suficientemente lejos de la capital Guipuzcoana como para conservar una identidad propia y alejarse del b
- icio y ajetreo de la ciudad, al tiempo que goza de unas excelentes comunicaciones que permiten acercarse a la capital.
- Azkoitia
- Urola Kosta - Urola Costa
- Pagoeta
- Aizarnazabal
- Azpeitia
- Zumaia
En su entorno encontramos pueblos limítrofes que merecen mencionarse. Hacia la costa está Zumaia. Pueblo marinero de honda tradición y desde donde se tienen unas espectaculares vistas del Cantábrico. Hacia el interior se encuentran Azpeitia y Azkoitia, y entre ambos está el conocido santuario de San Ignacio de Loyola, al pie del monte Xoxote. Todos estos elementos conforman un paisaje en el que Zestoa sobresale por derecho propio.
Zestoa es desde hace tiempo muy conocida sobre todo por su balneario y la famosa agua que casi se ha convertido en un mito. Así, el nombre de este municipio ha tenido una gran resonancia no sólo en el País Vasco o España, sino también en el extranjero. Esta ciudad ha estado abierta al turismo desde principios de siglo, y a pesar de que durante algunos años el movimiento de turistas ha estado algo estancado, en estos momentos se puede decir que Zestoa está viviendo un renacimiento. de hecho, se esta llevando a cabo un proyecto muy ambicioso y de gran resonancia: La réplica de la cueva de Ekain.
Por la historia conocemos que Zestoa fue construido en el siglo XIV, pero en este lugar, donde el aroma de la naturaleza y del monte está a flor de piel, ya encontraron su "txoko" nuestros antecesores. Ellos no vivían en casas, pero no les faltó donde guarecerse. de hecho, en estas tierras perviven aún muchos lugares a los que no ha llegado la modernidad. Ahí podremos encontrar pues, el comienzo y el significado de la historia.
Una vez convertida en villa, Zestoa tomó un tono burgués, sobre todo el centro de la villa. Es digno de mención el hecho de que gracias a la ordenanza dictada por el rey Enrique V en el siglo XV, Zestoa era una de las 18 villas en las que se celebraban las Juntas Generales. de todas formas, a Zestoa también le ha tocado vivir momentos difíciles.
Pero la riqueza propia de este pueblo y las maravillosas características que lo convierten en algo especial hicieron que Zestoa renaciese y se enriqueciese; sobre todo cuando, a finales del siglo XVIII, quedó patente el valor que tenían las aguas del balneario. Desde entonces y hasta comienzos del siglo XX, Zestoa ha sido conocida en todo el mundo.
El visitante que llegue a Zestoa se va a encontrar con un núcleo urbano donde se concentra la actividad comercial, pequeños barrios con personalidad propia y una serie de caseríos desperdigados a lo largo y ancho del pueblo. Actualmente viven en el pueblo algo más de tres mil habitantes, aunque este número se incrementa cada verano ante la llegada de personas que buscan las conocidas aguas termales de la localidad. Atravesando el pueblo está el río Urola que da nombre al valle en el que se asienta Zestoa.
Esta villa evoca los tiempos en que los balnearios no eran sólo lugares de cura, sino lugares donde los miembros de la aristocracia y la alta burguesía establecían relaciones sociales. En la actualidad se ha convertido en un lugar tranquilo para las vacaciones y de relax físico. No obstante, Zestoa es mucho más que su balneario, con una gran historia de la que quedan huellas en forma de edificios verdaderamente monumentales. Fue fundada sobre el río Urola, a finales del siglo XIV, en un paraje rodeado de montañas, como una villa amurallada de la que aún quedan dos puertas. En 1760 se descubrieron las propiedades de sus aguas medicinales y en el siglo XIX se edificó el actual balneario, cuyo conjunto de edificios y jardines merece la pena visitar.
Las dos puertas de entrada a la villa se encuentran al principio y al final de la calle Cesáreo Díaz. Una, de medio punto, se alinea con Casa Iraeta, cuyo escudo procede del palacio del mismo nombre, y da a la plaza de los Fueros donde se encuentra la iglesia renacentista de Nuestra Señora de la Natividad. Enfrente se halla el remozado edificio del Ayuntamiento con soportales que es uno de los más antiguos de Guipúzcoa y declarado monumento histórico-artístico. La Casa Consistorial de Zestoa permanece desde finales del siglo XV en el mismo emplazamiento.
Tomando en Portale Kalea la carretera que baja al río Urola y cruzando el puente, se encuentra la fuente de los Cuatro Caños, neoclásica de 1792. Siguiendo por la orilla del río, pronto llegaremos al Palacio de Lili; se trata de un edificio gótico en forma de U, que también ha sido declarado monumento histórico-artístico. Adosado a él está el caserío Lilibea, decorado con elementos góticos. Elevado sobre el río y la población se levanta el palacio Baltzola, reedificado en 1773. A sólo 1 kilómetro del pueblo se encuentra la famosa cueva de Ekain, con numerosas pinturas rupestres, aún en estudio y, por ello, todavía no está habilitada para su visita.
La mejor forma de conocer Zestoa su paisaje y entorno es a través de agradables paseos. Una alternativa es tomar los caminos que corren paralelos a los arroyos, discurriendo por terreno llano. Los ascensos más recomendables desde la villa son los que alcanzan las cimas de Endoia con hermosas vistas de los montes interiores y de la costa cantábrica. Excursión imprescindible para quien visite Zestoa es acercarse hasta la ermita de Santa Engracia, visitando además el pueblo de Aizarna.
Que visitar en Zestoa: