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Que ver en Puente Nuevo
Ubicada en la histórica "Tierra de Miranda", camino y paso hacia el mar de Ribadeo y Asturias, A Pontenova fue solar de hidalgas estirpes.
El primer dato que salta a la vista del viajero observador es su mismo nombre. Sin lugar a dudas, "Puentenuevo", alude a la existencia, en tiempos remotos de otro puente más antiguo o viejo, que haya cruzado el cauce de su principal arteria fluvial, como vía de acceso a la otra orilla donde ya se explotaban yacimientos mineros desde épocas antiquísimas.
Existen pruebas arqueológicas que certifican que estas tierras estaban pobladas en los albores de la Edad de Piedra, momento en que el hombre vivía del río y de los bosques. Más tarde, aparecen los primeros castros: Os Goios (Vilaboa), A Picota (Vilameá) o Pico da Serra en Bogo, entre otros. Es bien seguro que los romanos también explotaron estos parajes y sus riquezas, aunque no existen muchos vestigios que lo corroboren. Sin embargo, parece probable que el trazado de la Carretera Nacional Lugo-Asturias, discurra sobre la antigua calzada por ellos construida y, que más tarde serviría de vía de penetración a suevos y árabes, durante sus correrías por el norte peninsular.
Durante la Edad Media, toda la comarca estuvo dominada por el monacato, que colonizó y repobló las tierras abandonadas por los sarracenos. Prueba de ello son los abundantes templos y construcciones religiosas que se conservan de esta época, cuyo máximo exponente es el monasterio de Meira, construido en el siglo XII por la orden del Císter. La titularidad laica también tuvo posesiones dentro del término municipal. Señorío laico y eclesiástico se repartían la posesión de las tierras de A Pontenova, aunque fue la iglesia quien alcanzó un patrimonio colosal, ante la avalancha de donaciones que recibía tanto de la realeza como del pueblo llano, para remisión de sus pecados. A partir del siglo XII empieza a aparecer en la documentación referencias sobre la "Villa de Goyos" entre las propiedades del Monasterio de Meira, antecedente de la actual Pontenova. Declinado el poder de la iglesia, las tierras de esta comarca pertenecieron a varias casas nobles como los Pardo de Cela, los Osorio, los Losada y los Miranda.
En el siglo XVIII hubo dos fenómenos sociales que afectaron a las tierras de Miranda. Uno de ellos fue la fundación de la gran fábrica de Sargadelos, en el municipio de Cervo, lugar del cual salieron los ladrillos que sirvieron para construir los hornos de las minas de Vilaodriz. El otro factor que condicionó la vida de estas tierras fue, ya en el siglo XIX, la puesta en explotación de los yacimientos de limonita por parte de una sociedad vasca, explotación que continuó hasta la guerra española (1936-39) y que le confirió a Pontenova el carácter comercial que aún mantiene. La importancia de esta actividad hizo que se construyera un ferrocarril que se puso en funcionamiento en 1905 para transportar el mineral hacia el puerto de Ribadeo. Durante esta centuria la emigración a Cuba y Argentina azotó estas tierras.
Finalmente, mencionar que a principios del siglo XIX el término aparecía dividido en tres ayuntamientos: Conforto, Miranda y Vilameá, pasando a ser dos a partir de 1845: Vilaoudriz y Vilameá. Este último cambió su nombre por el de Puente Nuevo en el año 1950, y poco después (1963) se aprobó la fusión de los ayuntamientos de Vilaoudriz y A Ponte Nova, pasando a denominarse Ponte Nova-Vilaoudriz. El 9 de junio de 1979 se acordó la denominación actual: A Pontenova.
Que visitar en A Pontenova:
- Riotorto
- A Mariña Oriental
- Vilar - San Tirso de Abres
- El Tombo