Casas rurales en Coín, Málaga
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Es muy difícil establecer la fecha exacta del origen de Coín dada la escasez de documentos que certifiquen este dato, los historiadores fechan su fundación hacia el año 929, por los árabes, aunque se le supone una antigüedad mayor.
La estratégica ubicación de la zona, en la que confluyen buen clima y orografía amable, así como abundantes manantiales de agua permitieron el asentamiento de pobladores desde épocas muy remotas, como se comprueba con el hallazgo de cerámicas y objetos en los yacimientos del Cerro de Carranque, el Llano de la Virgen o el Cerro del Aljibe. Estos objetos cada día adquieren mayor importancia en el municipio, y muestra de ello es la donación de restos arqueológicos que han realizado los vecinos de Coín al futuro museo, en el que se expondrán elementos característicos hallados en el pueblo.
En el periodo musulmán nace y se consolida la estructura del pueblo de Coín, que se construyó junto a los cimientos del castillo Castro Dakwan, y que hoy en día corresponde al casco antiguo -las calles que rodean la iglesia de la Encarnación y el Albaicín, un barrio que albergaría a las personas dedicadas a la cetrería o la caza de halcones, y de ahí su nombre, que significa (barrio de halconeros). En este sector, rodeado por la muralla de la fortaleza árabe, se estableció el primer núcleo de población de cierta envergadura, que con el paso del tiempo puede ser considerado como el primer barrio.
Los musulmanes lo llamaron Castro Dzacuan, palabra latina, lo que hace pensar que, al menos la fortaleza, existía en época romana, hecho que corroboraría, desde el punto de vista geográfico, el lugar que ocupa en La Hoya. Los musulmanes lo conocían también por Hisn Dzacuan.
Sirvió de baluarte y plaza fronteriza contra los castillos que en la parte oriental de la cora Rayya (Málaga) poseían los hijos de Omar Ben Hafsun, cuando le sucedieron en el señorío de las tierras y en su rebelión contra el Califato.
Ben Bathuta y otros escritores islámicos dicen que Dzacuan "era una alquería o castillo hermoso con muchos manantiales, arboledas y frutas".
Tan importante era el castillo que cuando en abril de 1485 los Reyes Católicos conquistaron la región, siendo plaza fuerte a la que entonces los árabes llamaban Al Cohine, paraíso ameno, se destruyeron todas las fortificaciones y defensas de villa. En el archivo municipal existen documentos, actas y manuscritos que relatan su asedio y posterior conquista. Se cita a Coín en obras como las del capitán González Fernández de Oviedo y Fray Bartolomé de las Casas, por su gran riqueza agrícola y sus tierras feraces.
Su vinculación con el agua es manifiesta dada la abundancia de molinos que se constituyeron aprovechando la fuerza motriz de los ríos de la localidad da fe de la enorme vinculación de este pueblo con el agua. En tal sentido, en el Archivo de Burgos de 1754 consta la existencia de 18 molinos de pan, unos movidos por el río de la Villa y otros por el río Pereila.
En el siglo XX es cuando se produce la mayor transformación del municipio de Coín, incluso adquiere el título de Ciudad con el reinado de Alfonso XIII. En 1912 se inaugura el ferrocarril de Coín a Málaga, que dio un nuevo impulso a la economía local. Este hecho entusiasmó a los vecinos, que vieron en este medio de transporte una vía hacia el progreso. Más tarde apareció el transporte por carretera.
Su situación permitió vivir unos años de gran productividad económica, con la proliferación de la construcción y la agricultura.
Actualmente tiene una enorme actividad el mercado de mayoristas, que hoy aún sigue siendo utilizado, aunque ya está proyectada la construcción de un recinto nuevo en las afueras del municipio, concretamente en el partido rural de la Trocha.
El comercio de los cítricos que se cultivan en la localidad es muy importante, ya que las naranjas, limones y mandarinas coínas son de excelente calidad. de estas huertas salen además nísperos, ciruelas, manzanas y una gran variedad de hortalizas y legumbres. Unos productos a los que se añade la popularidad del pan elaborado en los hornos coínos, en muchos casos amasado a mano y cocido con leña.
Este pan se vende a diario en muchas localidades de la Costa del Sol, como ocurre con la pastelería artesanal, en la que destacan los roscos coínos, rellenos de "pan de higo".
La cría de ganado adquiere también cierta importancia y, sobre todo el porcino.
Son las principales actividades a las que se dedica la población y en las que el trabajo artesanal cobra mayor importancia. En Coín se pueden comprar piezas de cerámica verde, típicas del lugar y que salen de los tornos de las alfarerías de toda la vida.
Que visitar en Coin:
- Guaro
- Alhaurin El Grande
- Monda
- Valle del Guadalorce