Qué ver en Quejana ( Kexaa )

Quejana o Kexana se refugia en rincón apartado del valle de Ayala,
protegido de los vientos por las alturas de la Sierra Salvada. Allí, entre
las cimas de los picos Escoritas y Perigaña, se encuentra el
monasterio-fortaleza de la dinastía de los Ayala, ahora rehabilitado y
convertido en convento de clausura de San Juan. La torre medieval,
impresionante fortificación del siglo XIV, fue edificada por Fernán Pérez de
Ayala, padre del canciller Pedro Pérez. En la casa-torre se puede visitar la
Capilla de la Virgen del Cabello. En su interior podremos admirar el
sepulcro de los Ayala, así como un retablo gótico, copia del original que se
encuentra en el Instituto de Arte de Chicago, y un valioso relicario gótico
de plata. La historia de la familia puede conocerse en el Museo que se
encuentra en una de las alas del primitivo palacio.

A su alrededor se apiñan algunos caseríos de factura muy antigua y
sobre el río-torrente Izalde se arruinan las piedras de un antiguo molino.
El lugar es encantador, tanto por lo apartado, como por lo bien preservado
del entorno. Escoritas y la ermita de Etxaurren son parajes muy visitados,
no así la cumbre del Perigaña muy poco frecuentada precisamente por lo fácil
que resulta su ascensión. Una carretera acorta la excursión, pero merece la
pena abandonar el vehículo en el aparcamiento, que además cuenta con una
fuente, habilitado junto a la torre.

El camino se adentra en la barrancada, húmeda y arbolada, pasa junto a
los dos caseríos y al rato (20 min) desemboca junto a la Venta de Pozo
Portillo, enorme construcción deshabitada y que amenaza ruina, que sirvió de
hospedaje desde tiempos de la última guerra carlista hasta no hace muchos
años. Junto a él hay una granja que afea el conjunto y un poco más arriba,
sobre la loma en medio de un encinar, aparecen las ruinas de una ermita y el
antiguo de cementerio de Ozeka. Si seguimos la ruta hacia Gorbea,
apreciaremos toda la belleza de los alrededores. Un sendero de grava de unos
200 metros nos conduce a esta barriada formada por tres caseríos grandes y
en buen estado, de los cuales uno sólo está habitado. La cima del Perigaña
no se distingue, pero se encuentra sobre nosotros, al final de una amplia y
empinada campa.
Para llegar a ella atravesamos la alambrada y remontamos sin sendero por el
pastizal. Hasta hace no muchos años era un bosque cerrado de pinos y
encinas, ahora reconvertido es un enorme dehesa donde pastan vacas y ovejas.
Siempre en línea ascendente por un paraje ideal para el paseo, llegaremos a
la cumbre del Perigaña. Está coronada por un vértice geodésico y un buzón,
colocados en el mismo borde del precipicio.

Las vistas sobre Ayala, de frente al norte, y la Sierra Salvada, son
impresionantes. El descenso se realiza por la misma campa de subida hasta
llegar a la loma que corona Gorbea. Durante este trayecto se aprecian los
restos de numerosos muretes de piedra, señal que la zona estuvo hasta no
muchos años cultivada y edificada. Con Gorbea a la vista, tenemos opción de
continuar por la campa sin perder altura hasta el barrio de Olabarte,
deshabitado salvo por pastores ocasionales, y de allí descender por
carretera a Quejana. Hay otra subida que comienza en Retes de Llanteno y
que por Olabarte, lleva a la cima en aproximadamente una hora. Discurre por
una barrancada boscosa, es más pendiente y con peores vistas que la
anteriormente descrita.