Data del siglo IX, de estilo prerrománico asturiano, del período de Alfonso II el Casto. Está situada a 5 kilómetros del centro de Oviedo. Es una pequeña iglesia rural documentada en una donación hecha por Alfonso III el Magno a la iglesia de San Salvador de Oviedo en el año 905, si bien por su arquitectura y decoración corresponde al periodo de Alfonso II el Casto.
Fue destruida casi totalmente durante la guerra civil y reconstruida a partir de las ruinas a finales de los cincuenta. Su planta es rectangular, con una única nave en sentido transversal y tres capillas en la cabecera. Pese a las vicisitudes históricas, ha conservado algunos restos pictóricos en el arco de una capilla lateral.
La distribución de la iglesia es singular dentro de la arquitectura asturiana de la época, pues presenta planta centralizada: un rectángulo orientado de Este a Oeste en el que se incluyen una amplia nave, la cabecera con tres capillas de planta rectangular y un pórtico a los pies. Ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.