Situado a 28 kilómetros de Burgos se encuentra este pueblo en el que actualmente viven 30 personas, una cifra que poco a poco se ha ido incrementando desde finales del siglo XX.
Al igual que otros pueblos que también se encuentran en la Sierra de la Demanda, es tradicional que en unos días de descanso aquí, los viajeros se pasen por alguno de los restaurantes de la zona para degustar y disfrutar la rica gastronomía en la que tienen un especial protagonismo los pinchos de morcilla, el queso fresco y cómo no, la paletilla de lechazo a la miel, un plato exquisito muy típico en el pueblo.
Históricamente es un pueblo en el que sus habitantes se han dedicado tanto a la ganadería como a la agricultura, pero también tiene una importancia relevante hacer carbón vegetal con la leña que recogían del monte.
Entre los monumentos más destacados se encuentra la iglesia parroquial la cual sufrió dos robos hace algunos años, llevándose algunas de las piezas más importantes del templo. Además de esta construcción, hay otras edificaciones históricas como la noria, un potro, un antiguo horno y un obelisco.
Algunas de las festividades más importantes son San Cristóbal el 10 de julio, San Roque el 16 de agosto y San Millán del 12 al 14 de noviembre.