Qué ver en Villa Del Rey

Situado el núcleo en la falda de una loma. Al asentarse el término sobre la penillanura Trujillano-Cacereña presenta dos zonas muy diferenciadas. La primera es mayoritariamente llana en torno a los 300-400 m. En la segunda el relieve es el típico de la zona de riveros originado por la erosión fluvial sobre el sustrato pizarroso, al encajarse numerosos arroyos y barrancos que cruzan el término en dirección a la orilla izquierda del Tajo. El clima es de tipo mediterráneo subtropical. La temperatura media anual supera los 15ºC. Los inviernos suelen ser suaves, con una temperatura media de 8ºC, alcanzando las mínimas absolutas valores de -3ºC. El verano es seco y caluroso con una temperatura media estacional de 24ºC y unas máximas absolutas que alcanzan los 40ºC. La precipitación media anual es de 530 mm., siendo la estación más lluviosa el invierno (200 mm.) y la más seca el verano (32,4 mm.).

La formación vegetal autóctona es del tipo durilignosa, con un bosque esclerófilo mediterráneo representado por la encina y el alcornoque, junto a otras especies que componen el matorral como la jara, aulaga, cantueso, etc.

La tasa de actividad en 1986 es muy baja, con un valor del 29 por 100.

En realidad la vocación de los suelos, desde el punto de vista agrario, es de tipo ganadero ya que el pastizal ocupa más del 80 por 100 del término municipal. La superficie labrada representa una mínima parte, destacando entre los cultivos los herbáceos y el olivar.

El total de Unidades Ganaderas es de 332, entre las que destaca mayoritariamente el bovino (310).

La iglesia parroquial de Santiago presenta dos partes bien diferenciadas tanto en su estilo como en sus materiales. El presbiterio se construye con sillería y se cubre con bóveda de terceletes, mientras que la nave es de mampostería y se cubre con bóveda de cañón ligeramente apuntada con lunetos. Esta nave se estructura en tres tramos separados por arcos fajones apuntados. En el lado de la epístola se adosan una capilla, cubierta con bóveda de cañón, y la torre. La planta general del templo parece de principios del s. XVI. Hacia 1535 se levantaría el presbiterio y a fines del XVI o inicios del XVII se harían varias reformas, como la cubierta de la nave, el coro y la portada de los pies. Su interior guarda un pequeño retablo rococó que cobija una imagen de Crucificado del XVI, pero la pieza más destacada es su retablo mayor. Una obra del último cuarto del siglo XVI, estructurado en cuerpo y tres cuerpos divididos en cinco calles. En un hueco abierto en el retablo y en una capilla lateral del lado de la epístola se conserva una importante muestra de pintura al fresco, atribuida a Juan de Ribera.