Villa conquense de La Manchuela, situada en una hondonada dominada por grandes alturas, al sur de la sierra del Monje y en las cercanias del embalse de Alarcón, en la rica vega del Júcar. Comunica a través de una serie de carreteras locales con las poblaciones de la vega, rodeada por las dos carreteras nacionales que parten de la capital provincial, y la radial Madrid-Valencia.
El edificio más importante es la iglesia parroquial de la Asunción, que se encuentra en la calle Yedra, de tres naves, divididas entre si por arcadas de medio punto de estilo gótico tardío. El artesonado de las cubiertas está en la actualidad oculto en parte con escayola policromada. Cuenta con dos capillas barrocas. En el exterior destaca la volumetría del edificio por la calidad de la fábrica y las soluciones decorativas del cornisamento. Tiene una portada barroca y frente a ella una torre muy esbelta. Conserva un importante patrimonio mueble: altar mayor y dos laterales en estilo churrigueresco muy bien conservados, y un retablo barroco, además de una magnífica rejería de hierro y madera policromada y un mueble barroco de órgano.
En la misma calle se encuentra una casa-palacio, que es un palacio doméstico del siglo XVI reedificado a finales del siglo XVII. Tiene planta regular en forma de U, cubierta a cuatro aguas, en torno a un patio, y dos alturas. En el exterior cuenta con una hermosa fachada, en sillería, y composición geométrica; en la planta alta hay balcones, un escudo, una profusa decoración en el friso y una original rejería.
Sobre un cerro en la parte oriental hay restos de un castillo árabe, importante conjunto de arquitectura militar. Y en las cercanías, en el paraje llamado Rincón de San Miguel, se encuentra el yacimiento arqueológico Fuente de la Mota, declarado zona arqueológica, uno de los más significativos yacimientos prehistóricos de la Meseta, que pone al descubierto un poblado prerromano, una de las muestras más interesantes del urbanismo de la Edad del Hierro.