Al norte de la Comunidad foral de Navarra y muy cerca del país vecino, Francia, se encuentra este pequeño concejo de apenas 60 habitantes y cuya administración local pertenece al cercano municipio de Erroibar.
Este lugar, aunque pequeño, tiene importancia sobre todo por la naturaleza que lo rodea. En el valle que forman barrios ríos se encuentra este enclave donde el silencio y la tranquilidad se convierten en los principales protagonistas de la estancia de los turistas interesados en pequeños pueblos del norte como este.
Cada año es atravesado por cientos de peregrinos que tienen como destino final Santiago de Compostela. Muchos incluso se detienen a pasar la noche aquí en una antigua hospedería donde se pueden apreciar los pocos restos que aún quedan en pie del monasterio románico de San Zacarías, perteneciente a los siglos XII y XIII.
Pasar aquí unos días, es entrar en contacto con el descanso. Y no por pequeño quiere decir que este pueblo sea aburrido. Las pistas de frontón cubierto para los más deportistas y algunos bares en los que pasar el rato charlando con los amigos o con los lugareños, son los principales puntos de ocio. Quienes han podido experimentar ya la posibilidad de pasar unos días aquí, destacan ante todo las inmediaciones del puerto de Erro, un lugar ideal para hacer una bonita escapada bajo los pies del monte Adi.
Entre los lugares más queridos por el pueblo, está el hayedo formado por más de 85.000 árboles que sirve de refugio para muchos lugareños.
A 750 metros de altitud y con una extensión de más de catorce mil hectáreas, es el lugar perfecto para vivir unas vacaciones discretas, sencillas y sobre todo, tranquilas.