Situada en la parte más elevada del pueblo, en el sitio dónde en 1379 levantó su fortaleza, de la que no hay restos, el Almirante Tovar. Es un interesante ejemplar ojival avanzado de principios del XVI.
Consta de tres espaciosas naves de excelente arquitectura, separadas por pilares y cubiertas con bóvedas estrelladas.
Destaca su portada renacentista y su torre cuadrada con bastante elevación.
Causaba gran explandor su retablo mayor compuesto por veintinueve tablas, obra señera de la pintura hispanoflamenca de finales del siglo XV. Narran escenas de la Virgen y Jesús y episodios del Antiguo Testamento, todas ellas marcadas por la influencia de los pintores Fernado Gallego y Pedro Berruguete. Fueron robadas y afortunadamente recuperadas y después de ser restauradas se encuentran en la iglesia de San Pedro.