Quintanilla de Onsoña es un municipio de la comarca palentina de Saldaña, en el valle del mismo nombre. El pueblo se sitúa a orillas de río Valdecurriada, pasando por el término el Carrión y el Ucieza, y el acceso a la localidad es posible por las carreteras provinciales 240 y 241. Debido a la composición del terreno, rico en arcillas, no se han desarrollado cultivos de regadío, siendo el trigo, la avena, la cebada y otras variedades de secano las principales fuentes de ingresos para Quintanilla, junto con cierta ganadería de especies varias, la pesca de truchas y barbos y la caza menor.
Se sabe de la existencia de la villa desde el siglo XII, en el que la condesa de Urgel donó estas tierras al Hospital de la Herrada, cuando el lugar se llamaba Quintanela de Don Sona, apellido de sus fundadores, el cual podría provenir de la voz germánica "sunna”, que quiere decir “brillante”. A finales del siglo ulterior, Quintanilla obtuvo un fuero propio, y en el siglo XIV fue abadengo de San Felices de Abia. A partir del siglo XVIII pertenece al partido judicial de Saldaña, y actualmente forma parte del de Carrión de los condes.
Los lugares más atractivos para el visitante que pasa por Quintanilla son el conjunto de los antiguos palomares, de gran interés etnográfico, y la iglesia parroquial dedicada a la advocación de San Andrés. La gastronomía del pueblo destaca por sus habas a la saldañesa, sus rosquillas “ciegas” y “de palo”, sus platos de ternera, hortalizas y legumbres, y sus quesos y embutidos.