La iglesia de San Juan, que se ha reformado enormemente, es de dos naves cubiertas de cielo raso y posee una espadaña a los pies. Dispone de portada de arco de medio punto y pórtico también en sus pies, mientras que su presbiterio se cubre con una cúpula ciega. En tal presbiterio se encuentra el retablo mayor que data de la segunda mitad del siglo XVII y en él sobresale de modo especial el Crucifijo del siglo XVI.