Es la capital de la Isla de la provincia de su mismo nombre. Con más de 200.000 habitantes, se trata de una ciudad cosmopolita, moderna y alegre. La vida ciudadana discurre entre amplias avenidas, plazas acogedoras y despejadas y vías pletóricas de bullicio y animación.
En sus jardines y ramblas (a destacar el parque municipal García Sanabria) se encuentran una exposición permanente de escultura en la calle de las más importantes del mundo, con obras que van desde los grandes artistas de fama universal, como Moore, hasta los propios vanguardistas canarios, como José Abad. En sus establecimientos comerciales, de gran categoría, se encuentran todos los artículos y mercancías del globo a precios muy interesantes.
Santa Cruz se alza en anfiteatro desde la orilla del océano. Puerto de gran importancia, es nudo de comunicaciones entre Europa, Africa y América, y a él arriban buques de todas las banderas.
Posee muestras monumentales y arquitectónicas de gran valor, como las iglesias de la Concepción y de San Francisco.
La de San Francisco es un bello exponente del barroco del siglo XVII; el Palacio de Carta, también del mismo siglo; los monumentos a la Candelaria y a los Caídos; el grupo escultórico de Juan de Ávalos, situado en la confluencia de Las Ramblas y la Avenida de Anaga; el Palacio Insular sede del Cabildo; el Castillo-Fortaleza de Paso Alto, el Castillo de San Juan...
A escasos kilómetros del centro y junto al barrio marinero de San Andrés, está la Playa de las Teresitas, de rubias y doradas arenas. Como otras zonas de baño, la ciudad cuenta además con el "Parque Maritimo Cesar Manrique", obra del insigne artista lanzaroteño del mismo nombre.
Existen, también, museos históricos, científicos, antropológicos, salas de arte, cines y complejos de multicines, centros culturales y teatro. La vida social y cultural de Santa Cruz es muy intensa y su municipio, de gran extensión, abarca barrios y pagos rurale en la zona de Anaga, que, por su tipismo y belleza, merecen una visita.