Es curiosa la reciente formación de este municipio. Cuenta la historia que el primer asentamiento tuvo lugar en 1945, cuando sus nuevos habitantes decidieron comprar una finca de 1.700 hectáreas a un precio de cuatro millones y medio de pesetas. El motivo de esta adquisición se debió a que decenas de familias de Oliegos (León) se quedaron sin nada cuando su municipio quedó inundado por las aguas del Embalse de Villameca. Por esta razón tuvieron que emigrar hasta tierras vallisoletanas y hacerse con Foncastín, de ahí que al nombre del municipio se le haya añadido el de Oliegos. Hasta entonces había pertenecido al Marqués de Conquistas, y en ella se había albergado ganado de lidia cuando llegaron los primeros residentes.
Tras su llegada, los habitantes consideraron oportuno levantar un edificio de culto, lo que dio lugar a la Iglesia de San Pedro construida en 1950. Al igual que la tradición monumental data de mediados del siglo pasado, las fiestas también se implantaron una vez llegado el nuevo núcleo de población. Es el caso por ejemplo de las ferias mayores que se celebran el 29 de junio donde todavía hoy se repiten los tradicionales desfiles de peñas, las verbenas y los campeonatos de cartas. Las fiestas menores son las Candelas el 2 de febrero y San Isidro el 15 de mayo.
En honor a los nuevos pobladores, los lugareños de Oliegos construyeron en una de las plazas del pueblo una fuente recordando sus orígenes.
Se encuentra a 40 kilómetros de la capital vallisoletana. Sólo con llegar a este enclave castellano, los visitantes verán la tranquilidad que transmiten sus campos sembrados de trigo y amapolas, dándole color y vida a estas extensiones de terreno.
Desde la llegada de los pobladores a Foncastín de Oliegos, la población ha girado en torno a los 150 habitantes, aunque los últimos datos muestran que poco a poco jóvenes y mayores lo van abandonando. Las últimas cifras ofrecidas por el INE dan al municipio 134 residentes.
Mas alojamientos en la zona: