La iglesia de San Pedro de la Nave constituye una muestra original y casi única del arte visigodo en España, y al igual que otros contados ejemplos existentes en la península, debe su salvación a la situación alejada, fuera de las rutas más conocidas.
En el caso de San Pedro de la Nave, la salvación tuvo una segunda oportunidad ya que la iglesia hubo de ser trasladada de su emplazamiento original que fue cubierto por las aguas del embalse del río Esla. En la actualidad se halla situada en el pequeño pueblo de El Campillo, a doce kilómetros de la capital.
La aportación más característica de esta iglesia al arte visigodo español lo constituye la síntesis arquitectónica entre la estructura cruciforme y la basilical, así como la magnífica decoración interior que también resume la iconografía utilizada en el momento. Es, en definitiva, el edificio visigodo mejor conservado que se conoce y el que mayor número de elementos constructivos y decorativos posee.