Si de algo están orgullosos en Cazurra es de que a pesar de ir perdiendo con los años población, aún en pleno siglo XXI conservan los juegos con los que generación tras generación fueron creciendo padres y abuelos. Un modo de conservar las tradiciones, el origen, las raíces de un pueblo que sólo se puede conseguir con el ahínco de sus lugareños. Las águedas o el juego de la calva son algunos juegos que perviven entre los habitantes, prácticas que pasan de padres a hijos con el fin de guardar para generaciones futuras las tradiciones.
La cercanía que tiene a Zamora lo vincula a la comarca de la Tierra del Vino, una zona que si por algo se caracteriza es por la calidad de los caldos que salen y se transforman en sus tierras. Un sector importante para la economía del municipio, al igual que ocurre con la agricultura y la ganadería, pilares fundamentales para la sostenibilidad de un pueblo que ve como con los años va perdiendo población a la vez que la que queda va aumentando en edad. Algo que ocurre en la mayoría de pueblos que siempre han tenido pocos lugareños, y que con la llegada del siglo XXI se han visto obligados a viajar para encontrar más posibilidades.
A escasos kilómetros existen dos restaurantes especializados en cocina zamorana, que suelen ser los encargados de ofrecer a los visitantes una mínima representación de la gastronomía de la zona, algo que sin duda, a pesar de ser pequeña, logra conquistar los estómagos y paladares de los turistas.
Cuentan los documentos que se conservan en la casa consistorial que durante los siglos XVIII y XIX habitaron en el municipio los condes de Casa Trejo, que popularmente fueron conocidos como los condes de Cazurra. No está comprobado, pero es tan antigua la tradición de celebrar San Martín el 11 y 12 de noviembre de cada año, que probablemente, estos condes también se sumaran a las actividades de conmemoración al Santo. Y más recientemente el Ayuntamiento organiza una Semana Cultural que cuenta con la participación de gran parte del municipio, celebrada la primera semana de agosto.