Los primeros documentos que hacen referencia de la existencia de Cerecinos del Carrizal se remontan a 1153, año en el que Fernández Duro habla de la localidad mencionándola como el lugar feudatario del monasterio de San Martón de Castañeda.
Sus tierras están bañadas por el agua del río Salado. Históricamente fue un municipio en el que la tradición vitivinícola ocupaba a la mayoría de la población. De hecho son muchas las bodegas que han enclavado sus instalaciones en esta tierra. Aunque el principal sector que sustentaba a los lugareños desapareció en el siglo XIX debido a una plaga que acabó con todas las viñas. A partir de entonces, la economía tuvo que virar y buscar nuevas alternativas de producción. La solución estaba en la proximidad del río. La agricultura sería la actividad que pasaría a ocupar la principal fuente de ingresos de Cerecinos.
La capacidad de recuperación de los lugareños ante las adversidades quedó plasmada tras este acontecimiento. No por ello todo es trabajar, también tienen muchas costumbres que unen a la población del pueblo como es la semana cultural donde se proyectan películas, además de hacer exposiciones y actividades infantiles. Y cómo no, esperan la llegada del 24 de septiembre, fecha en la que homenajean a la Virgen de las Mercedes.
Los visitantes no pueden dejar de visitar la iglesia que data del año 1600 y que ha sido recientemente remodelada, tras los desperfectos que estaba sufriendo a causa del paso del tiempo y las inclemencias climáticas. También existe una figura en honor a Carlos Pinilla, creador y fundador de lo que antiguamente eran las escuelas viejas del pueblo.
No obstante, los visitantes también pueden participar en una de las costumbres que más arraigo tienen en el municipio. Cuando se aproxima el mes de diciembre, los cazadores empiezan a ponerse nerviosos: se acerca la tradicional matanza que se celebra las últimas semanas de diciembre y las primeras de enero.