Uno de los ríos más importantes del norte peninsular circula por las tierras de Fresno de la Ribera. Se trata del Duero, lo que favorece que una de las actividades más importantes del municipio sea la agricultura. Gracias a sus aguas son muchos los cultivos que nacen en esta tierra. Lo mismo ocurre con la ganadería, aunque quizá en menor medida. El agua es el principal responsable de que en sus márgenes crezcan muchos pastos, perfectos para que los animales se alimenten de ellos. Para terminar con los sectores económicos del pueblo, existe una fábrica de lácteos que da empleo a muchas personas del pueblo.
Unos de los puntos más importantes, no sólo para los lugareños, sino también para los visitantes, está en la Iglesia. En honor a Nuestra Señora de la Asunción, cuenta con un retablo en el que incorpora cuatro columnas. Todo ello perteneciente al siglo XVII. Entre sus reliquias más importantes, se puede encontrar un crucifijo románico del siglo XIV.
Los habitantes han creado varias asociaciones y clubes para que el municipio no se muera por la falta de actividades durante las épocas festivas y de vacaciones. Por eso la Asociación Cultural San Isidro, al igual que la de la Geroma organizan todo tipo de encuentros. También cabe destacar entre ellas, el Club de Piragüismo que se encarga de hacer que cada año se celebre una temporada de carreras en piragua en la que participan incluso personas de otros municipios.
A pesar de tener sólo casi 400 habitantes, cuenta con servicios básicos como Ayuntamiento, colegio público, consultorio médico, farmacia y un hotel en el que se hospedan los turistas.
Cabe destacar que todavía se conservan muchas tradiciones como la de recibir el año nuevo todos juntos en la plaza del pueblo, o celebrar la fiesta de los quintos, al igual que ocurre con el Grupo de Danzas del Fresno de la Ribera.