La parte más antigua de la Colegiata, que se cree construida sobre una mezquita, es el claustro mudéjar. La Sala capitular también es del mismo estilo, con su monumental portada bajo un arco y dos ventanales, así como la torre mudéjar, uno de los mejores ejemplos del mudéjar aragonés. La portada-retablo de alabastro y las puertas talladas en roble y nogal son renacentistas.
Dentro del estilo barroco, destacan el coro y la sacristía. La colegiata acoge un gran y variado tesoro artíco, encabezado por el retablo mayor, de 1617. Otros elementos de gran interés son los retablos de la Virgen Blanca con una talla del siglo XV, la capilla de San Juan Bautista y lienzos barrocos en la capilla de San Joaquín.