La primera referencia del lugar se tiene en época árabe, justo antes de su reconquista, en el año 1091 el rey de Aragón, Sancho Ramírez, dio al monasterio de Sauve-Majeure los diezmos de Ejea y Pradilla para cuando se conquistasen. Unos años después toda la comarca caerá en manos de los reyes cristianos, y en 1118 Alfonso I el Batallador conquista Zaragoza, entrando desde el actual barrio de Juslibol, habiendo cruzado el Castellar desde el castillo de Sora.
En Pradilla posiblemente vivieran cinco o seis familias dedicadas al cuidado del castillo y a la vigilancia del Ebro, esas mismas familias continuarían después de la reconquista, eso sí cambiando de religión, como ya hicieran sus antepasados.