Los dueños, encantadores, comunicación continúa y muy muy atentos. Respecto a la casa, genial, todo muy limpio y preparado para recibirnos, recalcar las mosquiteras en todas las ventanas, una maravilla en verano. El exterior, hemos llevado niños y se lo han pasado en grande, había de todo para ellos y la piscina en la medida justa para que los adultos se den un baño y tener a los niños jugando en ella sin que haya peligro alguno. Varias zonas donde comer y cenar según te de el sol y el calor. En definitiva una casa a la que querer volver.