Estubimos en familia. Nos encantó la experiencia. La casa super y el trato de Roser y Ramon inmejorables. Los niños alucinaron con los animales de la granja, incluso dimos el bibe a un cabrito que acababa de nacer, lo recordaran toda su vida. Ramon nos llevó en el tractor ha dar paja a los terneros. Y Roser està atenta en todo y para todo. Nos volveremos a ver seguro. Un abrazo virtual.