Hemos estado ocho personas con tres niños de 9, 5 y 3 años en Cal Nan y hemos estado genial. Nos ha gustado especialmente que todas las habitaciones tuvieran baño propio (y con mucha presión en la ducha) y la inmensa y funcional cocina. Además, la piscina es bañable incluso en abril y Ramon, el propietario (y que vive al lado), es muy atento y servicial. El entorno también es fantástico, lleno de excursiones fascinantes como el Salt del Mir, els Bufadors de Beví o el Castell de Besora. Super recomendado.