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Que ver en Berja
Berja, de posible fundación ibérica o fenicia, es, sin duda, la Vergis de la Bética romana. Muchos son los testimonios de la dominación romana conservados en Berja, sobresaliendo las ruinas de Villa-Vieja; restos de una anfiteatro y de un acueducto; y pavimentos de mosaicos de igual factura que los encontramos en las ciudades de Pompeya y Herculano.
Con la llegada de San Tesifón (siglo I) comienza la época paleocristiana de Berja. de entonces nos han llegado monedas, cruces y, sobre todo, un soberbio sarcófago encontrado en la barriada de Alcaudique, único en su género, que fue cedido al Museo Arqueológico Nacional, donde aún se puede admirar, existiendo una reproducción del mismo en el Museo de Almería.
Desde el paraje de Villa-Vieja, los antiguos pobladores se fueron extendiendo por la vega, después que un terremoto destruyese la antigua ciudad en el siglo V. Uno de estos núcleos de población, el de Berja, fue el que prevaleció y vino a dar nombre definitivo a la Villa de Berja.
Tras ser conquistada Berja por los árabes, éstos construyeron una Alcazaba aprovechando el antiguo recinto amurallado de los romanos, y se convirtió en la musulmana, siendo una de las 12 en que los árabes dividieron la Alpujarra. de esta etapa se conservan unos baños en una finca particular del barrio de Benejí. Tomada por los Cristinanos en el año 1489 al mismo tiempo que la reconquista del Reino de Granada, fue cedida por los Reyes Católicos al Rey Boabdil el Chico, quien al poco tiempo antes de marcharse definitivamente para Africa, la vendió junto a otros lugares y tierras del Andarax al rey Fernando el Católico.
La llegada de los nuevos pobladores cristianos y el roce con los moriscos crearon una dificil situación, al no cumplirse las Capitulaciones pactadas, culminando con la rebelión de los moriscos en las Navidades de 1568, y costando a la ciudad abundantes pérdidas de vidas humanas. Una vez sofocada la sublevación, Berja quedó prácticamente despoblada, salvo algunos destacamentos militares, siendo repoblada por el comisario Gaspar de Avila con unos 200 vecinos de en los cinco lugares o pagos que comprendía entonces la ciudad: Capileria, Pago, Julbina, Benejí y Alcaudique.
Durante los años siguientes, Berja perteneció en el terreno administrativo a la Alcaldía Mayor de Ujigar, hasta que por Real Orden de 29 e Octubre de 1753 fue ascendida a Alcaldía Mayor, formando parte del Partido de las alpujarras, dentro del antiguo Reino de Granada. El ida 25 de agosto de 1804 un terremoto destruyó gran parte de la ciudad virgitana (ayuntamiento, iglesias, ermitas, casas particulares, etc.), originando más de 60 víctimas.
En el año 1833, el motrileño afrancesado Francisco Javier de Burgos dividió España en provincias y a la comarca de la Alpujarra en dos zonas: una que quedó en la provincia de Granada, y otra que pasó a formar parte de la moderna provincia de Almería, disputándose la ciudad de Berja el privilegio de ser capital de la provincia recién creada, junto con Baza y la propia ciudad e Almería.
Finalmente, en la segunda mitad del siglo XIX cambió la fisionomía de la ciudad, y al amparo de la revolución industrial comenzó de manera intensiva la explotación de las minas de plomo de la Sierra de Gádor, iniciándose una etapa de gran esplendor para Berja, que llegó a reunir en el año 1839 la cantidad de 20000 mineros y 10000 jornaleros.
Que visitar en Berja:
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