Que ver en Alcocer
En la comarca de la Alcarria Baja, junto al río Guadiela, se encuentra la localidad de Alcocer. Un pueblo ubicado casi en las lindes entre Cuenca y Guadalajara.
Un pequeño pueblo con una gran historia, casi desconocida pero llena de personajes y acontecimientos interesantes que no dejan de sorprender al viajero.
La historia de Alcocer se remonta muchos años atrás, mucho antes de la reconquista árabe, uno de los primeros testimonios escritos oficiales aparece en las "Relaciones Topográficas de Felipe II". Si leemos este documento histórico podemos hacernos una imagen clara de lo que Alcocer significaba en el siglo XVI.
Rodeado por una cerca de cal y canto torreada para su defensa, poblado de hidalgos y caballeros, su majestuosa iglesia de advocación a Nuestra Señora de la Asunción, sus castillos, casas señoriales, etc.
Alcocer fue desde sus inicios un pueblo de gran importancia, tanto por su situación estratégica en el centro de la Hoya del Infantado como por la extensa lista de personajes ilustres que han habitado sus calles. La Hoya del Infantado constituía una pequeña comarca formada a lo largo del río Guadiela que baja desde las serranías conquenses a dar en el Tajo, en las angosturas de Bolarque.
Históricamente la existencia de población en este valle, y más concretamente en Alcocer, es muy antigua. En tres lugares cercanos al pueblo se han encontrado restos arqueológicos: en el "Arquillo" junto al pantano, en la misma linea del agua se han descubierto sepulturas. En "la Muela" se ven restos de lo que fue un poblado celtibérico, con su correspondiente necrópolis, también en la orilla del pantano; y también en "Los Cabezos" se han encontrado restos similares.
El caso de los Cabezos es muy singular, ya que estas tierras, antiguamente, estaban formadas por ricas dehesas donde pastaban los ganados y la agricultura daba sus mejores frutos, por esta razón fueron surgiendo distintos asentamientos a lo largo de la historia. Ocuparon estos lugares también los romanos, visigodos y árabes.
El propio nombre de Alcocer viene a denotar su origen moro, expresivo de haber existido incluso castillo defensivo. La reconquista de esta zona se llevo a cabo en los últimos años del siglo XI, llegando hasta estos lugares las huestes cristianas del capitan Alvar Fánez. La tradición dice que fue este guerrero castellano quien conquistó Alcocer a los moros.
El hecho es que en un primer momento, a comienzos del siglo XII, pertenecía a la tierra común de Zorita, y luego paso a la demarcación provincial de Huete, en la que se mantuvo, a efectos de jurisdicción y aprovechamientos comunales de pastos durante bastantes años.
Alfonso VII, en 1154, dono a los Obispos de Sigüenza el señorio del lugar y de sus términos adyacentes. Al ser conquistada Cuenca, en 1177, por Alfonso VIII, este rey incluye a Alcocer en la diócesis conquense recién creada, volviendo a quedar en el señorio real.
Y es en 1252 cuando Alfonso X crea un gran señorio en las tierras de la Alcarria para dárselo a doña Mayor Guillen de Guzmán, madre de su hija Beatriz, reina de Portugal. Recibió esta señora los lugares de Alcocer, Salmerón, Millana, Valdeolivas y otros varios que conformaban la concreta comarca en el valle del Guadiela, ya siempre unida en la historia bajo la denominación de de la Hoya del Infantado. Alfonso X confirmó a Alcocer en el uso de su antiguo Fuero, común al de Huete.
Posteriormente el señorio de Alcocer quedó en doña Beatriz, pasando luego a su hija doña Blanca, quien acabo vendiéndoselo al infante don Juan Manuel (autor de El Conde Lucanor). de este paso más tarde al infante don Pedro, marqués de Villena, quien se lo vendió a don Micer Gómez de Albornoz, en la segunda mitad del siglo IV. A este le siguió en el señorío don Juan de Albornoz, y luego su hija doña María de Albornoz, casada con el misterioso personaje don Enrique de Villena el Nigromántico, dueño y señor en el castillo de Cifuentes, donde se dedicó a escribir extrañas obras de astrología.
Doña María de Albornoz, sin descendencia del humanista, se lo donó a su primo el condestable don Alvaro de Luna, mediado el siglo XV. Al valido de Juan II vino a heredarle su hijo don Juan, pero sus posesiones fueron tomadas por el rey Enrique IV, quien en 1471 entregaba Alcocer, lo mismo que el estado del Infantado completo, a don Diego Hurtado de Mendoza, a quien en 1475 los Reyes Católicos hacían duque de dicho título, el primero de una larga y honrosa serie de personajes. En los estados del ducado del Infantado quedó Alcocer hasta el siglo XIX. Lo que comenzó siendo aldea sin importancia dependiente de Huete, llegó a adquirir en siglos posteriores un gran relieve, siendo esta villa una de las más señaladas de la comarca alcarreña. Tuvo comercio, conventos, agricultura, y un ir y venir continuo de gentes, entre los que se instalaron buen número de familias hidalgas. Hoy continúa siendo un lugar de relieve en el conjunto provincial, y espera de una buena ordenación territorial y aprovechamiento agrícola para continuar ostentando el privilegiado puesto que le corresponde.
Información obtenida de la web: www. villadealcocer. com Que visitar en Alcocer:
- Millana
- Pantano de Buendía
- Salmeroncillos
- Cañaveruelas
- Alcohujate
- La Alcarria