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Que ver en Cornudella
La villa de Cornudella de Montsant, situada a 533 metros, se encuentra en la falda de la Sierra Mayor de Montsant, mirando hacia los riscos de la Gritella, y a dos pasos del embalse del Siurana. Está pues en el medio de un entorno natural extraordinario.
El pueblo sirve de base de excursiones a la Sierra Mayor y a la Ermita de Sant Joan de Codolar, de agua abundante y a la que se puede acceder con vehículo. Desde allí se llega con facilidad al pico de la Roca Corbatera (1162 metros), por el grado de Montsant; a la Cueva Santa, al barranco de los "Pèlegs", y a cualquier otro de los grados que dan paso a Albarca,
- demolins, Margalef, y Morera de Montsant.
- L' Arboli
- La Morera de Montsant
- Siurana
- Priorat
Los caminos de montaña están señalizados gracias a la Asociación Excursionista del pueblo, con carteles, rótulos y planos adecuados.
La leyenda explica que Cornudella fue fundada por el Conde de Prades, al encontrar en este lugar a su hija, perdida durante una cacería, y gracias al sonido del cuerno de caza que ella llevaba. de aquí vendría el nombre de "Corn d´ella" (cuerno de ella) con el que se conoce la población.
A pesar de esta bonita leyenda, el origen de la población no se conoce con certeza, pero parece ser que fue fundada antes de la creación del Condado de Prades. La etimología de su nombre podría remontarse a épocas romanas, significando lugar de pasto de grandes rebaños.
El documento más antiguo que habla sobre Cornudella data del 1190. Es la donación hecha por la reina "Donna Sança", en favor de los hermanos Navarra de la población de "Cornutel. la". En el año 1292 Guillem de Rupe era el rector, y en 1378 encontramos el nombre de Pere Escapolat como el del primer alcalde conocido de la población.
Cornudella ha tenido durante su historia muchos altos y bajos de población. En el año 1497 contaba con 256 habitantes, mientras que unos siglos después, en 1860 pasó a tener 2552. Posteriormente decreció hasta 974 habitantes, según el censo de 1981.
Fue escenario de las luchas guerrilleras del Carrasclet, y sufrió las consecuencias de la Guerra del Francés y más tarde de las guerras carlistas.
Su economía se movió siempre entre las presiones de los judíos de Falset y del Condado de Prades, primero, y entre el Duque de Medinaceli y el Prior de Escaladei después.
Durante la segunda mitad del siglo XIX conoció una época de resurgimiento económico, que tuvo como resultado un aumento considerable de la población, así como la construcción de notables edificaciones en la villa.
Este desarrollo económico finalizó con la sacudida de la filoxera, que inició la caída de la villa, así como la del resto de pueblos de la comarca.
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