La Iglesia de San Francisco fue construida en 1757 ocupando el lugar del antiguo convento de San Francisco construido en el siglo XIV por orden de Fernán Pérez de Andrade. Sobre una planta rectangular se inscribe una planta de cruz latina, de la que sobre sale el espacio destinado a la capilla mayor y la sacristía. El interior se halla dividido por tres naves separadas por gruesas pilastras toscanas una tribuna sobre las naves laterales recorre el templo hasta el crucero.
Conserva un magnífico retablo obra del escultor neoclásico gallego José Ferreiro y valiosas esculturas de madera. Al exterior sobria fachada, dividida por pilastras toscanas pareadas que descansan sobre altos basamentos formando tres calles, la puerta principal adintelada con frontón semicircular. El antiguo convento se transformo en parte en parador nacional de turismo.