Las primeras huellas sobre su población se remontan a la época de los castros, comúnmente denominada castreña. En el primitivo barrio de Ferrol Vello se conoce la existencia de un castro marítimo, del que conservamos la referencia toponímica de una calle denominada del Castro.
Documentalmente, la primera mención histórica a esta población data del siglo XI, concretamente del año 1087. Poco tiempo después se abriría a las rutas marítimas, siendo uno de los lugares de llegada de peregrinos procedentes de todo el norte de Europa. Situado en la proximidades de su muelle, donde estaba la vieja iglesia de San Julián, se encuentra el Hospital de Peregrinos do Espírito Santo, nombre con el que es conocido aún una de sus calles.
El primer mapa del litoral marítimo del que se tiene constancia fue realizado en Venecia en el año 1498. Por esa época la villa ferrolana se limitaba al mencionado barrio de Ferrol Vello y prolongaría sus arrabales por la ladera del monte de Canido. Sus escasos habitantes se dedicarían al marisqueo, pesca, salazón y agricultura. En la actualidad puede apreciarse este pasado en la pervivencia de la barriada de pescadores, con un trazado medieval y estrechas e irregulares calles con algunas casas con balcones de madera, típicamente marineras.