Qué ver en Santa Maria Del Berrocal

Dice la tradición que los orígenes del pueblo fueron tres casas perdidas en el monte, llamadas las casas de Santa María, añadiéndose del Berrocal probablemente por la abundancia de piedra berroqueña.

Hay documentos escritos, que muestran que en el año 1540, Berrocal pertenecía al partido judicial de Ciudad Rodrigo.

Los primeros datos históricos dicen que era una aldea perteneciente al señorío Tierra y Villa de El Mirón.
Posteriormente esta villa, junto con las de Piedrahíta, Barco de Ávila y La Horcajada con sus aldeas formaron parte del Señorío de Valdecorneja, cedido por Alfonso X el Sabio a su hermano don Felipe, continuando en poder de infantes hasta que Enrique IV lo transfirió a García Álvarez de Toledo, ascendiente de los Duques de Alba, que lo han conservado hasta la abolición del régimen señorial.

Sus primeros pobladores debieron ser los comunes a esta región: los vetones, de la tribu de los celtíberos, cartaginenses y romanos, de cuyo paso queda un puente sobre el Cornej. Posteriormente visigodos y árabes, y por último nuestra tierra sería repoblada por gentes venidas de León y Burgos.

Este pequeño pueblo destacó de los de su entorno al tener instalados unos telares manuales de lanzadera, de los que aún se conservan varios. De las lanzaderas se obtenía el primer tejido llamado "paño" que necesitaba un acabado que se hacía en el batán. Al principio eran batanados con mazos de madera y más tarde en bates mecánicos.

Los trabajos realizados por las mujeres eran vendidos por los hombres, que llevaban su carga a cuestas o en caballerías hasta los lugares más apartados de nuestra geografía: Asturias, Galicia, Extremadura o Andalucía.

Debido al éxito de la producción textil, la población aumentó de tal forma que de los 30 vecinos de 1753 se pasó a los cerca de 600 en el año 1900.

En esta época, en el pueblo había una gran actividad; los paños y los hombres que los vendían eran conocidos prácticamente en toda España y al pueblo se le llamaba Berrocal de los pañeros.

La crisis de los años 20 se dejó provocó la clausura de muchos telares.

Una vez acabada la guerra Civil fue decayendo esta industria al no poder competir con los tejidos fabricados con telares mecánicos y automáticos utilizados en Béjar y Cataluña.

El edificio más destacado de Santa María es la iglesia parroquial, del S. XVII.