Uno de los principales atractivos del pueblo se encuentra en su patrimonio. Y una de las piezas más importantes es la casa-palacio de los Barahona. Se trata de una construcción de finales de siglo XVI, con forma de U y en una finca de 15.000 metros cuadrados. Después de pertenecer a la familia Barahona, pasó a manos del arzobispado de Burgos y la Fundación el Patriarca. En la década de los 90 fue abandonado, y en la actualidad está restaurándose para recuperar todo lo que el tiempo echó a perder. Mención importante es la que merece también el templo religioso más relevante: la iglesia de San Adrián y Santa Natalia.
Villaverde – Mogina se encuentra a 43 kilómetros de Burgos y habitada por 83 personas, una cifra muy inferior a la que se llegó a registrar en la década de los 80. El exilio local a favor de ciudades y poblaciones más grandes hizo que la demografía fuera descendiendo considerablemente.
No obstante también hay fechas importantes en las que los lugareños salen a pasárselo bien, conmemorando las fiestas locales. Entre ellas se encuentran la festividad de la Virgen de la Vega, durante el 14, 15, 16 y 17 de septiembre, San Adrián y Santa Natalia, en junio y San Roque el 16 de agosto.