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Que ver en Trujillo
La impresión que se lleva el viajero cuando se acerca a Trujillo es la de encontrarse ante un medieval barco varado en un cerro de canchales.
La ciudad se eleva org
- osa y vigilante sobre una sorprendente y hermosa protuberancia granítica, sobre un insólito berrocal, como dice la copla: "Si fueres a Trujillo, por donde entrares, hallarás una lengua de berrocales". La masa de sus torres y sus ruinas se recorta sobre el cielo.
- La Aldea del Obispo
- Santa Cruz de la Sierra
- Palacio de los Marqueses de la Conquista
- Comarca de Trujillo
- Castillo
- Madroñera
- La Cumbre
- Catedral de Trujillo
Es Trujillo una ciudad abierta, clara, confortable, regularmente bien urbanizada, apacible y que da una cierta sensación de bienestar de hidalgo campesino. Así era y así es Trujillo: Un centro de encuentro entre razas y culturas edificado sobre el cerro "Cabezo de Zorro" para dominar en llano unos limites que están rayados entre el Tajo y el Guadiana.
Trujillo se ubica en lo más alto de un soberbio berrocal granítico salpicado de encinas y carrascos; es una hermosa ciudad medieval, referencia obligada para los visitantes que deseen conocer la historia de esta tierra extremeña.
Sus almenas, palacios, iglesias y casas solariegas han configurado con su recuerdo la semblanza de este solar, otrora inexpugnable; tal parece, que no sería extraño el que la imaginación popular hubiera concebido la leyenda de que algún cantero cinceló, por arte de alguna magia o portento, en la propia roca del cerro el perfil de su ciudadela. Si así fue, cumplió sobradamente con su tarea el mítico cantero, pues Trujillo es sin duda ejemplo de armonía y adaptación al entorno berrocaleño; piedra labrada, sobre la propia roca.
En Trujillo se ha escrito una parte importante de la historia de Extremadura y de América; mas de dos milenios de historia se contemplan desde este cerro milenario. Ha sido solar y crisol de muchas culturas; fue en la antigüedad lugar obligado de paso entre la Meseta Occidental y las cuencas del Guadiana y Guadalquivir. Los misteriosos Ligures fueron sus moradores más antiguos, cuyo nombre conocemos, ellos nos legaron un único recuerdo, el hidrónimo Magasca; posteriormente sabemos de la existencia de los Cempsi, autores de unas arcanas estelas sepulcrales; ya en la Edad del Hierro, llegaron los vettones, pueblo de estirpe celta que colaboró con Viriato en su lucha contra los romanos, y de la forma en que denominaron a este cerro, Turaca, parte el topónimo Trujillo, tras las influencias fonéticas de romanos, Turgalium, musulmanes, Taryala, o del Medievo, Truxiello.
Que visitar en Trujillo: