Qué ver en Liebana

La comarca de Liébana constituye, quizás, la comarca histórica y natural más conocida y mejor definida de Cantabria.

Es la más occidental de Cantabria y se caracteriza por ser un territorio de montaña, el más escarpado de la región, compartimentado en varios valles que confluyen en el centro del área. En ellos se encuentran los municipios de: Camaleño y Cillorigo, atravesados por el río Deva; Vega de Liébana o Cereceda, por donde discurren las aguas del río Quiviesa; Pesaguero y Cabezón de Liébana, atravesados por el río Bullón y, en el centro, la villa de Potes.

Son innumerables los rincones en los que disfrutar de la naturaleza en estado puro: valles, ríos, montañas, etc. Todos ellos configuran un entorno natural que hace de La Liébana un espacio geográfico de belleza y armonía difícilmente igualable. Además cuenta con una reserva natural donde aún perviven especies arbóreas autóctonas: encinas, alcornoques, robles y hayas, que forman bellos bosques en los que sobreviven especies protegidas como el oso, el corzo o el urogallo.

Se trata de una comarca que constituye un paraíso natural para las personas amantes del senderismo y de la práctica de distintos deportes al aire libre, ya que pueden entrar en contacto directo con la naturaleza en una de las zonas de más belleza de la región.

Liébana cuenta con un patrimonio histórico-artístico de gran importancia y belleza en el que destacan múltiples monumentos y edificios. En ella podemos encontrar muchos retablos, imágenes y pinturas populares, torreones medievales, etc. No obstante de los muchos lugares de interés de esta comarca destacan tres monumentos de visita obligada: Santa María de Lebeña; Santa María de Piasca y el Monasterio de Santo Toribio de Liébana.

Además presenta una arquitectura tradicional de carácter civil de gran belleza y encanto como puede comprobarse en el conjunto de casonas solariegas blasonadas de sus pueblos.

Liébana destaca asimismo por el ocio, las fiestas populares de arraigada tradición y una gastronomía donde reinan, por derecho propio, los quesos -"Picón Bejes-Tresviso" y "Quesucos de Liébana"- y el orujo, un producto de gran renombre, elaborado artesanalmente.