Casas rurales en Villanueva de los Infantes, Ciudad Real

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Casas rurales en Villanueva de los Infantes, Ciudad Real

Casas Rurales más populares en Villanueva de los Infantes

Que ver en Villanueva de los Infantes

Bella ciudad del Campo de Montiel, a 880 m de altitud, comunicada por la C-415 y por otras locales con los pueblos vecinos.

Fue importante cruce de caminos, pues por ella pasaba el Camino Real que desde Infantes iba a Granada por la Antigua y Villahermosa, o el camino hacia Alhambra por el puente de El Salido o el de Montiel.

Su origen es romano, no en la actual población, sino cerca del santuario de la Virgen de la Antigua (al noroeste).

Aquí estuvo la antigua Jamila, población medieval asentada sobre los restos romanos, posiblemente formada por una comunidad judía (el nombre de Jamila procede del hebreo). En este cerro de Jamila han aparecido catorce bases de columna y partes de muro en piedra y argamasa. Las columnas tienen diferentes tamaños (90 y 47 cm), formando una hilada simétrica de 50 m. Desde 1243 Jamila, por orden de Fernando el Santo, depende del Campo de Montiel bajo la protección de los caballeros de la Orden de Santiago, tras ser reconquistada por Alfonso VIII y mandada repoblar en 1240 por el maestre Pérez de Correa.

Sin embargo, parece que por esos años empezó a despoblarse, pasando sus habitantes al sitio de la MORALEJA, nombre que tomar la población hasta 1421, año en el que fue emancipada de Montiel y se le concede la Carta Puebla por el infante don Enrique de Aragón; será en gratitud hacia él y hacia sus hermanos don don Juan y don Pedro por lo tomó el nombre , llamándose Villanueva de los Infantes, denominación aprobada por la Orden de Santiago en 1480 y por los Reyes Católicos en 1491 en Tordesillas.

Desde 1501 tendrá el título de Villa, y en 1573 se convierte en capital de los Campos de Montiel por orden de Felipe II, adquiriendo gran auge económico, cultural y religioso que se deja ver en sus construcciones. En 1895 se le concedió el título de ciudad.

Su población aumentó desde finales del siglo XV, en 1575 cuenta con 1300 vecinos, 300 moriscos, 39 casas de hidalgos y una de privilegio; en 1773, tiene 1528 vecinos y cinco conventos.

Su economía fue y sigue siendo esencialmente agrícola; actualmente es centro comercial de los pueblos que integran su partido judicial.

En 1975 fue declarado conjunto histórico por ser un importante enclave del Renacimiento y del Barroco. Aquí murió Quevedo en una celda del convento de Santo Domingo. En sus calles, casi simétricas, se respira un aire humanista y literario, con sus fachadas y portadas.

En la Plaza Mayor encontramos dos nobles edificios: el Ayuntamiento, en piedra y con soportales de arcadas neoclásicas, consta de dos pisos o cuerpos; en el primero alternan balcones con frontones triangulares y de medio punto, en el segundo son adintelados.

En el ala sur una casona, de balconadas corridas en forma de galerías de madera.

En el frente norte está la parroquia de San Andrés, manierista, del siglo XVI, que en tiempos de la Moraleja fue una ermita; muy interesantes son sus tres portadas, dos platerescas y la principal clasicista. Esta se enmarca por un profundo arco de medio punto, posee dobles columnas dóricas sobre plinto que soportan un entablamento que a su vez sirve de base a un templete de columnas jónicas y frontón partido con el escudo de los Austrias y figura de San Andrés con la cruz aspada. Se fecha en 1612.

La torre es de estilo herreriano dividida en cuatro cuerpos y rematada por capitel de pizarra. Fue construida en 1683 por Juan Ruiz Hurtado.

Al interior las bóvedas son de crucería sobre una planta de cruz latina; destacan la capilla de los Bustos (la más antigua y primer enterramiento de la capilla de los Caballeros de Santiago, de 1593, la de Santo Tomás, 1668, y la del Santísimo, de 1670. En 1955 se descubrió una cripta de gran interés datada en 1646 (en honor de Santo Tomás).

Su púlpito es un bello ejemplo plateresco totalmente recubierto de relieves en sus cuatro caras (con ánforas, ave fénix, esfinges, etc.). Está declarada monumento en 1975. Procedente de esta parroquia se conserva en el Museo del Prado una bella tabla con Santa Ana la Virgen, Santa Isabel y los Santos Niños, quizás originaria.

Por su fachada norte encontramos el Hospital de Santiago y anejo a él la capilla del Remedio, de estilo barroco con pervivencia de elementos renacentistas. Se construyóde 1631 a 1634. Después se habilitó como escuela pública, por lo que se produjeron cambios en su estructura original.

La capilla se destina a uso religioso, tiene fachada de sillería caliza y huecos con cercos en resalte. En la misma calle, edificios con pórticos en piedra y escudo.

En la calle General Ballesteros, que parte de la plaza, está la alhóndiga o casa pública destinada para la venta y compra de trigo. Es renacentista, del segundo tercio del siglo XVI.

Fue Casa de Contratación y en 1715 pasa a ser cárcel, uso que cambiar algunos elementos originales (arcos tapiados del patio).

El pórtico de la casa palacio de los Ballesteros, es de entablamento dórico sobre columnas toscanas y escudo de la familia.

La Casa del Arco, clasicista, del siglo XVII, destaca por su majestuoso arco de honda cimbra, de pilastras laterales toscanas, que alberga un pórtico en dos cuerpos.

El patio interior es de columnas dóricas y galería superior cerrada. Por esta misma calle (de Ramón Herrera) se llega al Colegio Menor o Casa de los Estudios, del último tercio del siglo XVI, donde enseñaron gramática, retórica y poética grandes humanistas, entre ellos Francisco de Quevedo.

Destaca el patio, con pilares de corto tamaño bajo bóvedas de aristas. Por la calle de Santo Tomás encontramos tres edificios de interés, las Ruinas del Hospitalico, la Casa de Santo Tomás de Villanueva y Oratorio, y el Pórtico de la Casa de la Inquisicón.

En la calle de la Fuente, el sencillo pórtico de la Casa del Convento de Dominicas de la Encarnación, en piedra sillar y con escudo de armas.

La calle Cervantes fuga su perspectiva en la plaza de Santo Domingo, donde se alza un monumento a don Francisco de Quevedo.

Es el límite, por el sur, del casco antiguo, con el convento de Santo Domingo. Este fue fundado en 1556; la Desamortización de 1844 afectó a la parte del convento que desaparece, quedando sólo como parroquia.

En 1845 se creó aquí una escuela estatal por lo que se acondicionó a este fin. Se conserva el recinto conventual, iglesia y claustro.

La iglesia del convento de Santo Domingo es de cruz latina, una nave y capillas laterales. A los pies, coro de arco rebajado.

Al exterior, portada flanqueada por columnas jónicas sobre elevado plinto y templete con la figura de Santo Domingo.

En este convento murió Quevedo el 8 de septiembre de 1645. La iglesia de las Dominicas de la Encarnación presenta la más interesante de las portadas de la población, con un primer cuerpo manierista apilastrado con estrías y frontón curvo partido, el segundo con el relieve de la Anunciación, más decorado y con mayor efecto de línea recta y curva. Es un tipo de portada retablo que se desarrolló en el barroco. La iglesia es de estilo barroco clasicista.

La iglesia del convento de monjas Franciscanas se encuentra en un lateral de la plaza de la Fuente Vieja rodeada de viviendas populares.

La iglesia se fundó en 1521 y el convento en 1483, con licencia del maestre don Alfonso de Cárdenas, que desapareció a principios del presente siglo.

La iglesia es de planta de cruz latina con bóveda de medio cañón y de media naranja en el crucero.

La fachada de sillería tiene perfecta estructura, con portada flanqueada por columnas dóricas, entablamento con decoración de rosetas y bucráneos y frontón partido con relieve de Pantocrátor y escudo.

Al norte de la población, la plaza de la Trinidad, bello rincón urbano con casas setecentistas, y la iglesia de los Trinitarios, barroca con elementos clasicistas.

Fue fundada en 1603 por el beato Juan Bautista de la Concepción, bajo la advocación de Nuestra Se¤ora de Gracia. La fachada se distribuye en un cuerpo inferior con arcos tripartitos y superior con hornacina y vano central, rematada por frontón. Sigue el mismo esquema que la de los Trinitarios en Valdepeñas.

En el paseo de los Mártires, la ermita del Cristo de Jamila, entre la carretera de Montiel y la de Almedina.

La calle Cervantes es la más rica en edificios civiles, cuyos solares ocupan prácticamente toda la manzana, con casa, patio y corrales. En ella el palacio de los Bustos, de la segunda mitad del siglo XVI, se estructura en torno a un patio cuadrado, típico del centralismo renacentista, con jardín y corral trasero.

La fachada es presidida por la portada adintelada con escudo y columnas corintias. Frente a su fachada trasera se encuentra el balcón de la antigua casa del duque de San Fernando.

La casa de los Ballesteros es de tipología popular, con fachada encalada, pórtico adintelado en piedra y balconcillos metálicos, que sigue también el número 4 de esta calle, del segundo tercio del siglo XVI.

El palacio de los Melgarejo, de la primera mitad del siglo XVII, hace esquina a la calle Benavente. Destaca la portada de la fachada principal, adintelada, con dobles columnas adosadas toscanas y entablamento dórico, y segundo cuerpo con dobles columnas jónicas y balcón reconstruido a principios de siglo. El interior está muy restaurado.

Frente a ella el que fue Cuartel General de la Orden de Santiago y la Casa del Caballero del Verde Gabán, de mediados o finales del siglo XVI, mencionada por Cervantes en su Quijote. Es la típica casa de un labrador rico con balcón corrido en la esquina con reja de forja. Sobre él un tejaroz con canecillos de madera saliente.

Otros edificios civiles son la Casa de los Bustos, también llamada Casa de don Jeromito, del siglo XVII, y la Casa de don Manuel de la Barreda, del siglo XVIII.

De gran interés, pero en ruinas, es la Casa de don Manolito, que debe el nombre a don Manuel Yáñez, propietario reciente. posee una estructura interior notable con patio de columnas jónicas, bóveda en la escalera con escudo de los Ballesteros y capilla en la segunda planta en ruinas.

La portada exterior, encalada, pudo ser de gran calidad presidida por dos personajes mitológicos, muy deteriorados. Es de la segunda mitad del siglo XVI.

Otros lugares de interés son la calle de la Jara, muy corta, con interesantes casas populares con arco o escudo, o la de Fernández Sevilla Muñoz, con edificios nobles entre los que destaca la Casa Fontes, del siglo XVII, o la estrecha calle de Quevedo con edificios de carácter institucional, residencial y comercial. Igualmente, merecen recorrerse la calle Monjas y la calle Benavente, que conservan la unidad del conjunto histórico, con edificios de dos plantas, rejas carceleras y balconcillos y pequeños aleros.

A 5 km de la ciudad está el santuario de Ntra. Sra. de la Antigua, precedido por un patio donde se montó en 1971 un tendido o plaza de toros de dos galerías. Destaca la imagen titular; una de las más antiguas de la provincia. Mide unos 65 cm de altura en madera policromada, sin ningún tipo de comunicación entre madre e hijo. Es gótica del siglo XIII. Posiblemente perteneció a Jamila; de ser así, se dataría en la segunda mitad del siglo XIII.

Cuenta con ermitas fuera del núcleo, como la de San Miguel, la de Jesús o la de San Sebastián, todas populares.

De gran interés es el puente romano sobre el río Jabalón, situado cerca del camino de Montiel, que une este pueblo con Alcubillas, y del santuario de la Antigua. La zona es un importante paso natural hacia Andalucía.

Al oeste de la población, a unos dos kilómetros, está la Cueva de la Mora en el cerro del mismo nombre. Es un conjunto eremítico, quizá de época mozárabe, único en la provincia. En su término son numerosas las casas de campo o quinterías y los chozos manchegos.

Que visitar en Villanueva de los Infantes:

  • Fuenllana
  • Campos de Montiel
  • Cozar
  • Alcubillas

Preguntas frecuentes: Casas Rurales en Villanueva de los Infantes

¿Cuánto cuesta una casa rural en Villanueva de los infantes?

De media, reservar una casa rural en Villanueva De Los Infantes cuesta 28€ por persona y noche

¿Qué valoración tienen las casas rurales de Villanueva De Los Infantes?

Las casas rurales de Villanueva De Los Infantes tienen una valoración media de 4.8 (sobre 5) basada en 12 opiniones de viajeros en Clubrural