Se encuentra El Pobo en la zona más árida y alta de la paramera molinesa, ya en la sexma del Pedregal, partiendo la línea rofiza de sus tejados la monotonía parda de su paisaje. Creció en la época de la repoblación del Señorío, allá por la primera mitad del siglo SII, y perteneció en su totalidad al Común de Villa y Tierra.
Ubicado en el cruce de caminos de las carreteras de Monreal del Campo, al otro lado de Molina, con la que baja desde La Yunta hacia Setiles y Alustante en dirección sur. No muy lejos se divisan los altos de Sierra Menera, con aquellas tremendas laderucas de piedra removida que dejaron las máquinas de la extinta mina de hierro.
A El Pobo se entra junto a la ermita de la Virgen del Campo que en 1735 mandó construir doña María Manrique en aquel lugar. Se sigue en recto ramal bordeando las eras y los pajares de guardar aperos, para entrar después en el centro del pueblo por el juego de pelota. Es una localidad en el que muchas de las viviendas antañonas describren de lo que antes fue, de su indudable importancia como enclave de la sexma. El censo es bastante reducido, a pesar de todo, en los fines de semana nunca faltan niños que jueguen por allí.
El nombre «pobo» es de procedencia árabe y significa álamo en román paladino. Son muy escasos los árboles que se ven dentro y fuera del pueblo
Los campos de alrededor son señeros por diversos acontecimientos que en ellos tuvieron lugar en tiempos de la francesada, y posteriormente cuando las guerras carlistas, siendo el pueblo, además, lugar de nacimiento de algunos personajes importantes, de esos muchos que llenan el nomenclátor de celebridades molinesas.
Merece ver en el lugar de la Herreruela, una torre vigía ya muy desmochada, resto de antigua fortaleza fronteriza. En el pueblo, destacan, además de algunos ejemplares de arquitectura popular de la zona, diversas casonas molinesas con cierta raigambre y presencia arquitectónica. Destacando el antiguo caserón de los Manrique, con portón semicircular adovelado sobre el que campea el escudo de dicha familia. Tambiém de interés la fuente pública situada a la salida del pueblo, en el camino de Setiles.
La iglesia parroquial del pueblo es obra de los siglos XVI
En las afueras de la localidad, luce su elegancia barroca la ermita de Na Sra del Campo, construida en 1735 a expensas de Dª María Manrique.