a finales del siglo XI, éste pequeño municipio quedó incluido en la Tierra y Común de Guadalajara. La tradición cuenta que en este pueblo se quedó a vivir algunas temporadas el conquistador burgalés, y que incluso tenía terrenos de cultivo.
En la localidad de Quer destacan los buenos edificios hechos con mortero de piedras y cal, barro y adobe, y escasos entramados de madera; también se usa el ladrillo; la piedra, en cambio, en muy pequeña cantidad. Todo ellos debido a la escasez de este último material en la comarca campiñera. Algunas casas son ejemplos notables de esta arquitectura popular.
La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Blanca, está también construida a base, exclusivamente, de ladrillo y mampuesto de piedras rodadas, con deficiente sillería en las esquinas. Su aspecto, sin embargo, es muy interesante y hoy en día se encuentra perfectamente restaurada. Se trata de una obra del siglo XVI.
Tiene alta torre rematada en chapitel. La puerta, que se abre bajo el atrio, al sur, presenta una magnífica guarnición de clavos y alguazas de la misma época, y el interior es de dos naves, con pilares centrales. Su planta es de cruz latina.
En el municipio de Quer, muy cerca del caserío, se encuentra medio arruinada la interesante ermita de la Magdalena que erigió a comienzos del siglo XVII el fraile carmelita natural de Quer fray Diego de Jesús.
Una figura muy interesante, nacida en Quer fue Juan Páez de Castro. Sus manuscritos, muy valiosos, se guardan en la Biblioteca de El Escorial, así como los memoriales que acerca de la creación y organización de bibliotecas envió al Rey, y su gran colección de obras clásicas, manuscritos árabes, griegos y latinos.